Algunas reformas económicas buscan aumentar de generación de divisas, crecer de forma sostenida y de esta manera lograr un mayor bienestar colectivo. El régimen de Maduro ha intentado implementar medidas económicas que detenga la caída en picada de la actividad económica, experimentada por la Nacion en los últimos 7 años.
Pareciera que se esta llegando al fondo,
el cambio de rumbo se debe principalmente a una combinación de reformas como la
eliminación de los controles de precios, la reducción de los subsidios a
productos esenciales como la gasolina y la eliminación de muchas restricciones
cambiarias. La realidad es que en este momento casi todo en el país se cotiza
en dólares, no en bolívares. Los severos limites a los préstamos, la impresión de
dinero por parte del banco central y la dolarización consentida de la economía
ha hecho que los precios sigan subiendo a un ritmo mucho mas lento. La
inflación anual se ha reducido, en términos mensuales el aumento de los precios
se ha desacelerado aun mas. Sin embargo, son medidas que producen consecuencias
graves en sectores fundamentales, sobre todo en la generación de empleo formal.
Sin duda alguna, los brotes verdes por la pequeña
recuperación del 2021 son solo un pequeño alivio. El país sigue tambaleándose
tras dos décadas de mala gestión económica y cuatro años de sanciones
paralizantes. La mayoría de la población no tiene acceso a dólares. La realidad
es que casi todo el mundo en el país esta pasando por la pobreza y por
dificultades extremas, que los obligan a
mantener el flujo migratorio. Si bien algo de crecimiento después de tantos
años de miseria es positivo, hay una
desconexión total entre lo que la gente común esta viviendo dia a dia y las
garantías del régimen de que la economía se esta recuperando. Es fundamental atraer
el capital necesario para la reconstrucción de la industria petrolera, premisa
que parece muy difícil, en este contexto del modelo político imperante en el
país, con calificaciones dictatoriales y autoritarias graves. La nación esta
excluida de los mercados financieros internacionales basados en el dólar debido
a las sanciones y adicional la incertibumbre política aleja la participación de
organismos multilaterales de financiamiento.
Maduro anuncia una recuperación del 4% para el 2021, no
confirmada por el Banco Central, organismo como el FMAI y la CEPAL no son tan
optimistas y proyectan caídas entre 3% y 5% respectivamente. El sector privado
fue uno de los mayores beneficiados con las políticas de liberación de precios,
dolarización de facto , la exoneración de aranceles y la mejora en los precios
del petróleo, duramente golpeado por la pandemia, la crisis económica y la
ausencia de incentivos. El mismo ha logrado de alguna manera aprovechar o tomar
ventaja en este escenario, sin embargo, no es algo que se aplica a todo el
sector privado. Se refiere a aquel segmento que no tiene que competir con
importaciones o que soporta el mismo las importaciones : salud, tecnología,
comercio , distribución e inclusive alimentos.
El régimen consiente de que, en la economía venezolana
mas de 65% de las transacciones se realizan en dólares, lanza un paquete de
medidas económicas que buscan incentivar el uso del bolívar y mejorar la
recaudación tributaria. La primera medida es la reducción del encaje legal que
pasa del 85% al 75% para expandir la base crediticia y, con ello, autoriza a la
banca publica y privada para utilizar hasta el 10% de sus depósitos en divisas
para dar créditos en bolívares indexados a la tasa oficial que publica el BCV.
Esta primera medida incluye la creación de fondos de financiamiento de
emprendedores.
La segunda medida es la reforma a la Ley de Grandes
transacciones Financieras (IGTF) que contempla una tasa del 0% al 2% para las
transacciones en bolívares; una cuota entre el 2% al 8% para la compraventa
dentro del sistema bancario en divisas o criptomonedas no emitidas por el BCV y
entre el 2% al 20% para transacciones que no pasen por las instituciones
financieras. Se espera por la providencia del SENIAT, para precisar las
implicaciones operativas de esta ultima decisión.
Lo concreto es que la liberación del encaje legal tampoco
representa un monto significativo para la recuperación económica, en conjunto
la liberación, la creación de fondos y la emisión de valores , puede
representar un poco mas de 200 millones de dólares. Para una economía en caída
abrupta esta cantidad puede ser insuficiente , por la debilidad del sistema
bancario y la estructura actual del aparato productivo, donde la informalidad
reina. En definitiva, el IGTF renovado es un freno al desarrollo económico y se
configura en un nuevo obstáculo a la iniciativa individual y el
desenvolvimiento del sector productivo , especialmente para la pequeña y
mediana empresa. En este momento de una leve recuperación de la economía, es
errado colocar un impuesto con esas magnitudes de alícuotas.
Reformas que atacan a las transacciones y en definitiva
es el bolsillo del consumidor quien las financiara. Tanto el costo de capital
de la expansión crediticia y la alicouta del impuesto serán trasladado a la
estructura de costos de las empresas. La informalidad será mayor en virtud que
las operaciones se realizaran entre privados, eludiendo el costo del sistema
financiero formal. Los créditos con toda seguridad como en el pasado, serán
terrenos fecundos para el matraqueo , favoreciendo a sectores con una nula
generación de empleo. En conclusión, reformas para mantener las burbujas de
confort y lujo de unos pocos en detimetro de mayoría, quienes deberán
financiarlas. Evidencias de las bacanales inundan las retinas de los
venezolanos todos los días, situación que no cambiara.
@germanrodri
@germanoveja
Comunicacion Continua
https://comunicacioncontinua.com/reformas-para-apalancar-el-desastre/
24 de Febrero del 2022
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