jueves, 24 de febrero de 2022

Reformas para apalancar el desastre- Por German Rodríguez Bustamante



Algunas reformas económicas buscan aumentar de generación de divisas, crecer de forma sostenida y de esta manera lograr un mayor bienestar colectivo. El régimen de Maduro ha intentado implementar medidas económicas que detenga la caída en picada de la actividad económica, experimentada por la Nacion en los últimos 7 años.

 Pareciera que se esta llegando al fondo, el cambio de rumbo se debe principalmente a una combinación de reformas como la eliminación de los controles de precios, la reducción de los subsidios a productos esenciales como la gasolina y la eliminación de muchas restricciones cambiarias. La realidad es que en este momento casi todo en el país se cotiza en dólares, no en bolívares. Los severos limites a los préstamos, la impresión de dinero por parte del banco central y la dolarización consentida de la economía ha hecho que los precios sigan subiendo a un ritmo mucho mas lento. La inflación anual se ha reducido, en términos mensuales el aumento de los precios se ha desacelerado aun mas. Sin embargo, son medidas que producen consecuencias graves en sectores fundamentales, sobre todo en la generación de empleo formal.

Sin duda alguna, los brotes verdes por la pequeña recuperación del 2021 son solo un pequeño alivio. El país sigue tambaleándose tras dos décadas de mala gestión económica y cuatro años de sanciones paralizantes. La mayoría de la población no tiene acceso a dólares. La realidad es que casi todo el mundo en el país esta pasando por la pobreza y por dificultades extremas, que los  obligan a mantener el flujo migratorio. Si bien algo de crecimiento después de tantos años de miseria  es positivo, hay una desconexión total entre lo que la gente común esta viviendo dia a dia y las garantías del régimen de que la economía se esta recuperando. Es fundamental atraer el capital necesario para la reconstrucción de la industria petrolera, premisa que parece muy difícil, en este contexto del modelo político imperante en el país, con calificaciones dictatoriales y autoritarias graves. La nación esta excluida de los mercados financieros internacionales basados en el dólar debido a las sanciones y adicional la incertibumbre política aleja la participación de organismos multilaterales de financiamiento.

Maduro anuncia una recuperación del 4% para el 2021, no confirmada por el Banco Central, organismo como el FMAI y la CEPAL no son tan optimistas y proyectan caídas entre 3% y 5% respectivamente. El sector privado fue uno de los mayores beneficiados con las políticas de liberación de precios, dolarización de facto , la exoneración de aranceles y la mejora en los precios del petróleo, duramente golpeado por la pandemia, la crisis económica y la ausencia de incentivos. El mismo ha logrado de alguna manera aprovechar o tomar ventaja en este escenario, sin embargo, no es algo que se aplica a todo el sector privado. Se refiere a aquel segmento que no tiene que competir con importaciones o que soporta el mismo las importaciones : salud, tecnología, comercio , distribución e inclusive alimentos.

El régimen consiente de que, en la economía venezolana mas de 65% de las transacciones se realizan en dólares, lanza un paquete de medidas económicas que buscan incentivar el uso del bolívar y mejorar la recaudación tributaria. La primera medida es la reducción del encaje legal que pasa del 85% al 75% para expandir la base crediticia y, con ello, autoriza a la banca publica y privada para utilizar hasta el 10% de sus depósitos en divisas para dar créditos en bolívares indexados a la tasa oficial que publica el BCV. Esta primera medida incluye la creación de fondos de financiamiento de emprendedores.

La segunda medida es la reforma a la Ley de Grandes transacciones Financieras (IGTF) que contempla una tasa del 0% al 2% para las transacciones en bolívares; una cuota entre el 2% al 8% para la compraventa dentro del sistema bancario en divisas o criptomonedas no emitidas por el BCV y entre el 2% al 20% para transacciones que no pasen por las instituciones financieras. Se espera por la providencia del SENIAT, para precisar las implicaciones operativas de esta ultima decisión.

Lo concreto es que la liberación del encaje legal tampoco representa un monto significativo para la recuperación económica, en conjunto la liberación, la creación de fondos y la emisión de valores , puede representar un poco mas de 200 millones de dólares. Para una economía en caída abrupta esta cantidad puede ser insuficiente , por la debilidad del sistema bancario y la estructura actual del aparato productivo, donde la informalidad reina. En definitiva, el IGTF renovado es un freno al desarrollo económico y se configura en un nuevo obstáculo a la iniciativa individual y el desenvolvimiento del sector productivo , especialmente para la pequeña y mediana empresa. En este momento de una leve recuperación de la economía, es errado colocar un impuesto con esas magnitudes de alícuotas.

Reformas que atacan a las transacciones y en definitiva es el bolsillo del consumidor quien las financiara. Tanto el costo de capital de la expansión crediticia y la alicouta del impuesto serán trasladado a la estructura de costos de las empresas. La informalidad será mayor en virtud que las operaciones se realizaran entre privados, eludiendo el costo del sistema financiero formal. Los créditos con toda seguridad como en el pasado, serán terrenos fecundos para el matraqueo , favoreciendo a sectores con una nula generación de empleo. En conclusión, reformas para mantener las burbujas de confort y lujo de unos pocos en detimetro de mayoría, quienes deberán financiarlas. Evidencias de las bacanales inundan las retinas de los venezolanos todos los días, situación que no cambiara.

 

gguillermob@yahoo.com

@germanrodri

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Comunicacion Continua

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24 de Febrero del 2022

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