Suena el teléfono de la Federación de Centros Universitarios (FCU), la secretaria de apellido Camacho le dice a Pastor que lo está llamando el Ministro de Relaciones Interiores Octavio Lepage, todos nos sorprendimos, Pastor toma el auricular y Lepage le dice que Jorge Rodríguez, que había sido miembro del Consejo Universitario, de la FCU y era dirigente de la Liga Socialista MEUP había muerto de un infarto en los calabozos de la Disip, donde se encontraba detenido por la presunta participación en el secuestro del empresario norteamericano William Frank Niehouse, y que necesitaban su presencia para testificar lo ocurrido. Entre los presentes recuerdo a Hugo Negretti, Ramiro González “Paraíso”, Ángel Rangel, Livio Agüero, Mario Valdez (quien esto escribe) y David De Lima, su padre era diputado de AD
. De Lima le dice “Pastor no vayas que te pueden joder”. Pastor se comunicó con Pompeyo Márquez y José Vicente Rangel, les comento la llamada del Ministro y ambos le dijeron con prudencia calculadora “si vas y murió de torturas tienes que decirlo y se te presenta un problema con el gobierno; sino, si fue de un infarto, como dice Lepage, tendrías que darle la razón y eso es otro tipo de lio... no vayas ellos que resuelvan su rollo”. Pastor conversó con los dirigentes de Liga Socialista de la FCU, Edgar Ortiz, Bernel Castro, Cruz “Cucho” Moreno, otros, ellos dijeron que traerán su Líder a la universidad y le rendirán honores. En el mundo universitario la noticia corría como pólvora, ya que el diputado José Vicente Rangel y el doctor Agustín Calzadilla, quien era Presidente del Comité de defensa de los Derechos Humanos, habían hecho la denuncia por radio y televisión.
Jorge Rodríguez hijo, ha dicho que ese fatídico día lunes 26 de julio de 1976, se enteró por Radio Rumbos de la muerte de su padre, para él fue el día más largo, lo llevaron a la Plaza Cubierta del Rectorado de la Universidad Central de Venezuela (UCV), donde sus compañeros habían decidido velarlo. Ante los restos de su padre lo embargó la tristeza más grande que ha sentido en su vida, ha dicho.
Yo recibía clases en Derecho a las siete de la mañana, pero ese día en los pasillos de la universidad había amanecido “calma chicha”, se notaba un silencio, no estaba bulliciosa como siempre, los murmullos entre pequeños grupos mataron a Jorge. La librería de Alfredo Moreno, en el pasillo que comunica a Derecho, Humanidades y Economía, que era un punto de referencia obligado de los políticos, se sentía el ambiente tenso. A media mañana el agite era total los dirigentes estudiantiles del MEUP Liga Socialista y la ultra izquierda habían sacado sus banderas y pancartas. Todo el movimiento estudiantil visitando los salones de clases denunciando al gobierno y a Carlos Andrés Pérez por el vil asesinato de Jorge Rodríguez.
“Padre, hoy te marchas cuando nos haces más falta…”
El día 27 los restos de Jorge Rodríguez amanecieron en la Plaza Cubierta del Rectorado donde se le habían rendido las guardias de honor, las ofrendas y las exequias velatorios, a media mañana lo llevan al Aula Magna, estaban las autoridades universitarias.
Un niño de once años se encuentra entre los presentes en el pódium principal del alma mater, el director de protocolo de apellido Márquez (estudiaba Derecho) anuncia que el hijo de Jorge Rodríguez, haría uso del derecho de palabra, el joven toma el micrófono, reina un silencio total, todos en expectativa era la primera vez que en un acto político de esa naturaleza un adolescente intervenía. Dice unas palabras sobre su padre y recita un poema que él le había escrito ese mismo día, “Padre, hoy te marchas cuando nos haces más falta… Padre, los que hoy te apartan del camino no saben que están abriendo cien más. Padre todos tus compañeros pedimos justicia y castigo para tus verdugos. Adiós para siempre”. Esas frases conmovedoras provocaron un estruendo que se hizo sentir en la sede de las Nubes de Calder, que estaba a rabiar y no cambia un alma más, las consignas, las banderas, los llantos y la sed de justicia que clamaban todos los presentes se hizo sentir, ese día no hubo distingos estábamos todas las juventudes políticas de izquierda, de centro, hasta los adecos y copeyanos. Pese a las marcadas diferencias políticas, los dirigentes de los distintos partidos hicieron acto de presencia, por la juventud del MAS y la FCU recuerdo a Pastor Heydra acompañado por Hugo Negretti, Pavel Rondón, Gregori Colomine, Ricardo Ríos, Giovanni Mesa, Livio Agüero, David de Lima y Mario Valdez, entre otros, le hicimos guardia de honor en el sepelio a Jorge Rodríguez y presenciamos las palabras que Jorge Rodríguez hijo, pronunció en el Aula Magna.
Un río de gente salió de la UCV al Cementerio General del Sur
Los restos de Jorge Rodríguez salen del Aula Magna con una multitudinaria manifestación de acompañantes políticos, estudiantes, trabajadores con pancartas y voceando consignas, al dejar los predios de la UCV, ahí no había carrozas, ni los carros fúnebres alquilados, eso era un río de gente caminando por la avenida Los Ilustres, la avenida Victoria, en el cruce con la avenida Nueva Granada para seguir hacia la avenida principal del Cementerio, hace acto de presencia la policía, las fuerzas de seguridad haciendo disparos y lanzando bombas lacrimógenas, echaron unos tiros buscando dispersar ese colectivo humano que lo acompañamos, eso fue una desbandada, la multitud se dispersó. Ahí corrimos todos, hasta los que llevaban el ataúd con los restos de Jorge Rodríguez lo pusieron en el suelo y echaron a correr. Volvió la calma y recogieron el ataúd cantando la Internacional, fue emocionante la llegada al Cementerio donde lo sembraron.
Jorge Rodríguez es detenido en la avenida Sucre de Caracas
En horas de la noche del 23 de julio de 1976, el líder socialista Jorge Rodríguez de 34 años de edad, no había llegado a su casa, su familia estaba preocupada, vivían en un apartamento ubicado en el bloque 10 del sector UD 4, de Caricuao, Caracas. Su esposa Delcy Gómez prende las alarmas.
Esa tarde había sido detenido por cuatro agentes de la policía política, Guillermo Zambrano, Braulio Gudiño, Juan Díaz e Itamar Ramírez, adscritos a la Dirección General Sectorial de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP). Esa comisión policial lo apresó en la avenida Sucre, frente al Liceo Miguel Antonio Caro. Horas antes había estado en una reunión con el comité político de su partido. Fue llevado a sede policial “Las Brisas” en Los Chaguaramos. Luego lo llevan a un paraje solitario de la vía Panamericana, es torturado para que revelará el sitio donde estaba el industrial secuestrado. Los organismos policiales estaban desorientados, no sabían qué organización había realizado el secuestro, estaban desesperados por saber el paradero de Niehous. Lo responsabilizaba falsamente del secuestro y querían sacarle la información a como diera lugar. Su arte eran las torturas.
El 24 en la tarde lo sacan a “darle un paseo”, lo llevan a una sesión de tortura, recibe una golpiza y lo regresan vivo a la sede de la DISIP en Los Chaguaramos, pero ya el daño estaba hecho, el hombre durante horas agonizó tirado en el suelo húmedo y putrefacto de un “tigrito”, donde languidece y va perdiendo la noción, ahí lo sorprendió la muerte. Lo dejaron morir, en ningún momento autorizaron su traslado a ningún centro hospitalario. Le habían partido siete costillas con un bate de béisbol, le hundieron el tórax y le desprendieron el hígado. Las torturas le causan hemorragia interna por el desprendimiento de casi todos sus signos vitales debido a las golpizas recibidas. Su cuerpo presentaba quemaduras de cigarrillos y electricidad. Los esbirros no pudieron sacarle información o una confesión, lo mataron. Agustín Calzadilla fue el primero que denunció lo que revelaba la autopsia del médico forense.
Dejando huérfanos a sus menores hijos Jorge, tenía 11 años y Delcy Eloina, de 6 años.
Siete hombres armados secuestran a William Frank Niehous
El 27 de febrero de 1976 fue secuestrado en su casa el ciudadano norteamericano Williams Frank Niehous, presidente de la Owen Illinois de Venezuela. Siete hombres comando fuertemente armados con ametralladoras irrumpieron de forma violenta en la quinta “Betchirro”, ubicada en la calle Isla Larga de la urbanización Prados del Este, Caracas (45 años después, aún hoy se desconocen los nombres de los siete secuestradores). Todos los miembros de la familia fueron sometidos, Donna de Niehaus, sus hijos y la señora de servicios domésticos. El autodenominado Grupo de Comandos Revolucionarios se responsabilizó de la acción y se llevaron a Niehaus. Sus captores señalaron al plagiado como agente de la CIA, de estar involucrado y relacionado con el embajador de Estados Unidos en Caracas, Harry Slaudeman, quien era embajador en Chile en septiembre de 1973, en el momento del Golpe de Estado que el General Augusto Pinochet le dio a Salvador Allende.
La noticia del secuestro de un personaje de ese nivel impactó al País. Corría el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez (CAP), quien de inmediato desató una ola de persecución y apresamiento contra los dirigentes revolucionarios. A raíz de este hecho como ya he dicho fue detenido Jorge Rodríguez, vilmente asesinado. El secuestro del industrial norteamericano fue reconocido como el más largo en la política venezolana, duró tres años y cuatro meses.
David Nieves y otros torturados y encarcelados
En la persecución y búsqueda del secuestrado simultáneamente fueron detenidos, torturados, encarcelados y juzgados decenas de hombres y mujeres, por supuestamente haber participado de manera directa e indirecta en el secuestro de Niehous.
Días antes de ser detenido Jorge Rodríguez habían apresado a David Nieves y a Iván Padilla Bravo, acusados de intentar cobrar un “adelanto” por el secuestro del industrial del vidrio. Ambos dirigentes políticos fueron torturados entre otros por Henry López Sisco, el “cabezón” Cermeño, Rafael Rivas Vásquez, Olimpo de Armas, con conocimiento del director de esa policía, Arístides Lander, así fue publicado en el Libro “Historia de un Proyecto Revolucionario”, editado por la Liga Socialista en 1996.
Entre los que sufrieron el tormento y la cárcel, mencionaré algunos de ellos, tenemos a David Nieves, Carlos Lanz, Iván Padilla, Francisco Cedeño “el Amiguillo”, Carmelo Laborit, Salom Mesa Espinoza, Marelys Pérez, Fortunato Herrera, los dos últimos eran diputados, fueron acusados de pretender cobrar el botín del secuestro.
Como dirigente estudiantil y estudiante de Derecho seguí muy de cerca el caso, en él pretendieron involucrar a un distinguido Médico monaguense y amigo de mi señor Padre, el doctor Pedro Aristimuño Hurtado, salió inmediatamente de la investigación y no pudieron demostrar nada.
David Nieves, este caso merece una mención especial porque este hombre fue uno de los más torturados. David soportó todas las torturas. Fue uno de los presos políticos más emblemáticos. Me voy a permitir transcribir para mis lectores unas declaraciones de David Nieves: “Aquí en este expediente, está manifiesta la mentira, la irresponsabilidad de una policía incapaz, está presente la injuria. Como ya lo he dicho, no he ocultado nada a nadie, no he ocultado mi forma de pensar, defiendo mis ideas con la misma fuerza con que defiendo mi libertad. Pero quiero dejar claro que nada tengo que ver con el secuestro de Niehous". Sin embargo, por esta acusación no sólo experimentó en carne propia torturas que habrían dejado asombrados a los esbirros de la Seguridad Nacional de la dictadura perezjimenista, sino también la zozobra y tortura mental de ver peligrar la vida de sus seres queridos: la casa de su familia fue allanada varias veces y en una ocasión pretendieron secuestrar a una de sus hijas menores diciéndole: "Tu hija por Niehous".
En 1978 resultó electo Diputado y salió en libertad por el voto popular. Confesó que siente incomodidad cuando le preguntan por William Frank Niehous, ha dicho que ese secuestro fue “un auténtico horror político y la peor acción militar de la izquierda en la historia venezolana”. Durante años ha mantenido una diferencia política pública con Iván Padilla Bravo, al referirse a ese tema.
Con el diputado Salom Mesa Espinoza, también se cometió una gran injusticia, su hijo Giovanni, es mi amigo y era dirigente estudiantil. Salom Mesa fue encarcelado en el Cuartel San Carlos, ya había estado preso en la época de Pérez Jiménez. Salió en Libertad al resultar electo diputado en diciembre de 1978, ese día dijo “Soy un preso por voluntad del presidente Carlos Andrés Pérez. Soy víctima de una inmensa cobardía”.
Carlos Lanz, también estuvo preso en el Cuartel San Carlos, desde cautiverio escribió su testimonio en un Libro “El caso Niehous y la corrupción administrativa”, también pasó la penuria de los anteriores. Salió en libertad en 1984, estuvo en el gobierno de Chávez, hoy tiene un año desaparecido, su familia, sus camaradas y su abogado y amigo el doctor Antonio Guerrero, ha dicho que lo han buscado en todas las policías, los tribunales, la fiscalía, los hospitales. El Abogado Guerrero comenta, “Salió de su casa y desapareció como por arte de magia, parece que se lo hubiera tragado la tierra”. Hasta el momento de escribir esta crónica no se sabe de su paradero.
Carlos García “Wilfo”, fue mi amigo de los liceos de Maturín, nos graduamos de bachiller y nos encontramos en la UCV, él se inscribió en Sociología y yo en Derecho. Era buen orador, pero nunca quiso participar en las elecciones estudiantiles, era de la ultra izquierda, recuerdo que la última vez lo vi cerca de la universidad en Los Chaguaramos, me dijo que no iba a cursar este semestre porque se iba de viaje. Mi sorpresa cuando aparece con vida y liberado el secuestrado William Niehous, en el hato “El Dividivi”, cerca de Maripa en el Estado Bolívar, uno de los muertos es “Wilfo”.
Agustín Calzadilla, Abogado penalista y profesor UCV, fue uno de los primeros en ver el cadáver. Calzadilla desmintió al Ministro Lepage, cuando dijo que era “muerte natural por infarto”, dijo que cuando examinaron el cuerpo encontraron que el hígado, el páncreas, los pulmones, todo estaba destrozado de la golpiza propinada, estaba morado. Las torturas que sufrió ese hombre fueron sádicas, parece que hubieran disfrutado aplicando electrodos hasta en sus partes más íntimas. Estos y otros relatos me comentó el profesor Agustín Calzadilla, años después cuando me gradué de Abogado y me fui a trabajar con él en su Bufete, fue mi primer maestro en Derecho Penal, los de la Universidad fueron profesores.
@mariovaldez1
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