Hoy, 9 de septiembre, se
celebra el Día Internacional de la Agricultura 2019, una jornada en la que
se reivindica el derecho a cultivar alimentos sanos sin pesticidas,
fertilizantes y abonos químicos. La alimentación es el pilar de la salud.
ABUSO DE LOS RECURSOS
NATURALES
Pero nuestras tierras
cada vez se encuentran más contaminadas de productos químicos, tanto los que se
vierten para la propia agricultura intensiva, como aquellos provenientes de las
industrias, o incluso de la contaminación aérea . Finalmente, los terminan absorbiendo los
terrenos, dando lugar a alimentos poco saludables y con muy poca carga de
nutrientes.
Cada vez más nos
encontramos ante terrenos inservibles que han sido manipulados hasta la
saciedad por la agricultura intensiva, sin tener en cuenta los ritmos naturales
de la naturaleza, sobre todo, de las plantas.
Tierras estresadas a las que
es imposible sacar rendimiento hasta que el paso del tiempo, pueda dejarlas
descansar y renovarlas.
En la sociedad actual
prima el exprimir los recursos naturales al máximo, entre ellos figuran los
campos, con tal de proporcionar esos artículos demandados. La inmediatez y
el capricho rigen nuestros destinos. Si no existe esa verdura o esa fruta, no pasa nada, alguien la pondrá en
nuestra mesa al día siguiente, aunque para ello se haya tenido que realizar un
esfuerzo titánico en cuanto a gasto de energía.
Imagen del cultivo de
patatas.
Es imposible mantener un
planeta en el que se requieren tantos recursos para poder realizar una de las
acciones más cotidianas, necesarias y sencillas como es alimentarse. No
podemos seguir alimentando, nunca mejor dicho, este estilo de vida. Nuestro
futuro pasa por la educación a las nuevas generaciones, pero mientras que
nosotros cambiamos de actitud, y dejamos de apostar por una economía de alto
impacto en la naturaleza.
DÍA INTERNACIONAL DE LA
AGRICULTURA 2019: POR UNA AGRICULTURA DE PROXIMIDAD
Está fuera de toda
lógica seguir consumiendo alimentos que vienen de la otra punta del planeta. Lo
primero, porque sus propiedades organolépticas no son ya las mismas, y segundo,
porque ¿realmente necesitamos ese producto? Centrémonos en nuestro entorno
para producir alimentos que nos nutran, son más fácilmente asimilables, y
nuestra herencia genética los reconoce. Si alguien duda de ello, solamente
hay que tener en cuenta los intolerantes a la leche (en especial, de vaca) y
sus derivados, algo generalizado en etnias, culturas y sociedades en donde
nunca se han consumido.
Día Internacional de la
Agricultura 2019: en nuestras manos está mantener una tierra sana que produzca
alimentos sanos.
Se han publicado
numerosas investigaciones sobre las consecuencias de los pesticidas químicos
para la salud humana, aunque también existen bastantes estudios científicos sobre el impacto ambiental que
generan. Y el problema es mucho mayor: cada vez se necesitan más cantidad
y altas concentraciones de pesticidas químicos para realizar la misma acción,
lo que se conoce como resistencia frente a las plagas. Los organismos mutan y
se adaptan a ese nuevo contexto por supervivencia.
Esta «adaptación» a los
tiempos modernos nos está llevando a un pozo sin fondo. Si esto continua, cada
vez será más difícil erradicar esas plagas. Sobre todo si se siguen
usando semillas transgénicas, concebidas en un laboratorio, que no están
adaptadas a las condiciones del terreno. Nuestra fortaleza, son nuestras
propias creaciones, esas simientes que tras generaciones y generaciones han
logrado sobrevivir a todo tipo de circunstancias adversas, y que han ido
mejorando con el tiempo, sin ayuda de nadie.
Resulta de gran
importancia el trabajo que han realizado nuestros ancestros con las simientes.
EL MONOPOLIO ESTÁ
LLEVANDO AL EMPOBRECIMIENTO
Ese monopolio que
se ha instalado en muchas partes del mundo, está llevando a la ruina a los
pequeños agricultores y sus familias. Semillas que ofrecen un mayor
rendimiento, pero que a la larga necesitan más productos para la producción.
Además, de solo tener la opción de comprar este tipo de simientes. ¿La
trazabilidad y la seguridad alimentaria están garantizadas? Por
supuesto que no.
Una de las últimas
noticias nos llegan desde Francia, en donde en el mes de abril varios
agricultores se dedicaron a destruir 18.000 hectáreas de colza tras detectar
rastros de una variedad transgénica. No nos olvidemos de que esa semilla
afectada se vendió bajo la marca Dekalb, creada por el grupo estadounidense
Monsanto (adquirido por Bayer el año pasado). Hechos como este cada vez serán
más comunes. Ante esta amenaza, la única opción es defenderse y unirse en
la lucha campesina para tomar las medidas necesarias.
DIANA — SEPTIEMBRE 9, 2019
https://www.concienciaeco.com/2019/09/09/dia-internacional-de-la-agricultura-2019-el-campo-no-se-puede-monopolizar/
El planeta necesita un
cambio del modelo alimentario para combatir la crisis climática
El IPCC, el grupo de
expertos de la ONU, apunta a que solo el derroche de alimentos es responsable
del 10% de todos los gases de efecto invernadero que produce el hombre
MANUEL PLANELLEs
Madrid 9 AGO 2019 -
21:18 CEST EL PAIS
Foto principal:
Cosechadoras durante la siega del trigo en la provincia turca de Sanlirufa. En
vídeo, la ONU alerta de que la humanidad debe cambiar su dieta para combatir la
crisis climática. GETTY | ATLAS
La crisis climática ha
alcanzado tal dimensión y rapidez –2019 encadena máximos de temperaturas mes a mes mientras
se suceden olas de calor y sequías– que ya no basta
con fijarse solo en un sector para intentar dejar el calentamiento dentro de unos límites
manejables. No será suficiente con reducir o suprimir del sector
energético los gases de efecto invernadero, que según
la mayoría de los científicos están detrás del cambio climático. Hacen falta
transformaciones profundas en otros sectores como el de la producción de
alimentos mundial y la gestión de los suelos, y también en las dietas. “No hay
una solución que pase por reducir los gases de un solo sector”, ha explicado
este jueves por teléfono desde Ginebra (Suiza) Eduardo Buendía Calvo,
copresidente del IPCC, el panel internacional de expertos que asesoran a la
ONU.
El peruano Buendía es
uno de los coordinadores del informe especial sobre cambio climático y tierra del IPCC que
se ha presentado este jueves en la ciudad suiza y en el que han participado 107
expertos de 52 países. El estudio apunta a la necesidad de cambios para
combatir la deforestación, la desertización y el derroche. Solo el desperdicio
de alimentos, resalta, es responsable de entre el 8% y el 10% de todas las
emisiones de efecto invernadero que genera el ser humano. Entre el 25% y el 30%
del total de alimentos producidos en el mundo se pierde o se desperdicia,
resaltan los expertos de la ONU.
El IPCC apunta a los
beneficios en la lucha contra el cambio climático de las “dietas equilibradas”
basadas en alimentos de origen vegetal, como cereales secundarios, legumbres,
frutas y verduras. Se incluyen también alimentos de origen animal, pero
producidos de manera sostenible con bajas emisiones. “Algunas opciones
dietéticas requieren más tierra y agua”, ha explicado este jueves Debra
Roberts, una de las científicas que también ha coordinando el estudio, “y
provocan más emisiones de gases”.
Hace 10 meses, en
octubre de 2018, otro informe del IPCC sacudió el mundo.
Porque los científicos advertían entonces de que el ser humano se estaba
quedando sin tiempo para poder cumplir con el Acuerdo de París, que establece
como meta para final de siglo que el incremento medio de la temperatura quede
por debajo de los dos grados centígrados respecto a los niveles preindustriales
(finales del XIX). Y en la medida de lo posible por debajo de 1,5 grados. Con
un incremento que ya ronda el grado centígrado y la acumulación en la atmósfera
de dióxido de carbono (CO2) en niveles nunca vistos por el ser humano, aquel
informe del IPCC advertía de que se necesitaban reducciones de gases de efecto
invernadero sin precedentes en muy poco tiempo para cumplir el acuerdo.
Ahora, el análisis
monotemático del IPCC sobre el uso de la tierra en el planeta resalta la
importancia del sector alimentario en esta lucha y la necesidad de tomar
medidas rápido: “Actuar ahora puede evitar o reducir los riesgos y pérdidas y
generar beneficios para la sociedad”. “Las rápidas acciones de adaptación y
mitigación climáticas, alineadas con la gestión sostenible de la tierra y el
desarrollo sostenible (...), podrían reducir el riesgo para millones de
personas expuestas a fenómenos extremos del clima, desertificación, degradación
de la tierra e inseguridad alimentaria”.
“ESTE INFORME NO ES UN TRAJE A MEDIDA”
“Los Gobiernos tienen
que meditar ahora cuidadosamente”, ha apuntado el peruano Eduardo Buendía
Calvo, uno de los copresidentes del IPCC y especialista en inventarios de gases
de efecto invernadero. “El informe no es un traje a medida; se ofrece un
listado de medidas y los países tienen que ver cuales se adaptan a su realidad
socioeconómica”, ha añadido. Porque lo que puede ser bueno para una región no
tiene que serlo para otra. “El informe ofrece un conjunto de medidas bastante
grande a los Gobiernos”, resalta Buendía.
El otro mensaje que los
responsables se han esforzado por difundir este jueves hace referencia a los
esfuerzos de reducción de gases de efecto invernadero que han de realizarse en
todos los sectores económicos. “La agricultura y el uso de la tierra
representan alrededor de un tercio de todos los gases. Y, aunque los
elimináramos todos, algo que no es posible porque hay que seguir alimentando al
ser humano, quedarían otros dos tercios”, ha advertido este especialista por
teléfono desde Ginebra. Por eso, se debe trabajar también en la reducción de
gases de la energía, la industria y los residuos, concluye.
Porque la tierra y el
uso que el ser humano le da son a la vez una víctima del cambio climático y un
causante de ese calentamiento. El crecimiento de la población mundial y los
cambios en las dietas y el consumo desde mediados del siglo pasado han llevado
a “tasas sin precedentes de uso de la tierra y el agua”, apunta el IPCC. Por
ejemplo, alrededor del 70% del consumo mundial de agua dulce se destina a la
agricultura. “Estos cambios han contribuido al aumento de emisiones netas de
gases de efecto invernadero, pérdida de ecosistemas naturales y disminución de
la biodiversidad”. El informe recuerda que desde mediados del pasado siglo el
consumo per cápita de grasas vegetales, carnes y calorías se ha disparado. Esos
cambios en los patrones de alimentación han llevado a que en el mundo vivan
2.000 millones de personas con sobrepeso u obesidad.
El informe establece que
un 23% de todos los gases de efecto invernadero que expulsa el hombre vienen de
la agricultura, la silvicultura y el uso de la tierra. Pero si se añaden las
emisiones asociadas a la producción mundial de alimentos, esa cuota puede
llegar hasta el 37%. “Se prevé que las emisiones de la producción agrícola
aumenten impulsadas por el crecimiento de la población y la renta y los cambios
en los patrones de consumo”, advierte el informe.
El IPCC resalta que el
cambio climático está teniendo ya impactos en la “seguridad alimentaria” ya que
están cambiando los patrones de precipitación y aumentando la frecuencia e
intensidad de fenómenos extremos que dañan los cultivos. Y las proyecciones no
son buenas: “Se prevé que la frecuencia e intensidad de las sequías aumenten
particularmente en la región mediterránea y en África meridional”.
Pero los impactos se
pronostican para todo el planeta: en Asia y África habrá más personas sometidas
a la desertización; en América, el Mediterráneo, el sur de África y Asia
central se prevén más incendios forestales; en los trópicos y subtrópicos caerá
el rendimiento de los cultivos... Además, estas consecuencias, que pueden
incrementar las migraciones asociadas a factores medioambientales, serán
mayores a medida que aumente el calentamiento.
Soluciones
El informe apunta a
algunas soluciones, como los cambios en las dietas que los consumidores pueden
realizar. O acciones de más envergadura como los “muros verdes” con especies
vegetales autóctonas que se proyectan para frenar la desertización. Los
científicos del IPCC explican que hay acciones que tienen “impactos inmediatos”
positivos, como la conservación de ecosistemas en turberas, humedales,
praderas, manglares y bosques, que guardan enormes cantidades de gases de
efecto invernadero que se liberan cuando se destruyen y contribuyen más al
calentamiento. Otras intervenciones, como la reforestación, necesitan décadas
para ser efectivas.
En todo caso, el IPCC
recuerda que la tierra tiene que seguir siendo “productiva para mantener la
seguridad alimentaria” ante el aumento de la población previsto y los impactos
negativos del calentamiento. “Esto significa que hay un límite para la
contribución de la tierra en la lucha contra el cambio climático”, apunta el
panel de expertos, que advierte de los riesgos que puede conllevar la
bioenergía para la “seguridad alimentaria, la biodiversidad y la degradación de
la tierra”. Es decir, advierte del riesgo de determinados cultivos –como el
aceite de palma– para generar biocombustibles.
El IPCC plantea la
necesidad de una respuesta rápida ante el desafío del cambio climático:
“Retrasar la acción (...) podría dar lugar a algunos impactos irreversibles en
algunos ecosistemas”. Y esto a su vez generaría más gases de efecto invernadero
que calentarían aún más el planeta.
LAS ONG INSTAN A LOS GOBIERNOS A LUCHAR CONTRA EL COLAPSO CLIMÁTICO
“El informe del IPCC
ofrece una dirección clara a los Gobiernos sobre cómo evitar el colapso
climático”, ha resumido este jueves la Red de Acción Climática (CAN por sus
siglas en inglés), de la que forman parte más de un millar de ONG presentes en
más de 120 países. Para ello, ha continuado la CAN a través de un comunicado,
se debe transformar “rápidamente el uso de la tierra y los sistemas
alimentarios”, además de detener “la deforestación” y aplicar “políticas
nacionales que empoderen a los pequeños agricultores, eliminen la pobreza y el
hambre y protejan a los más vulnerables de unos fenómenos climáticos extremos
cada vez más frecuentes”. En la misma línea, Greenpeace ha sostenido que es
necesaria “la conservación y restauración de los bosques” y la actualización
“urgente del sistema alimentario mundial mediante un cambio en la dieta”.
El informe monográfico
elaborado por los especialistas del IPCC, el grupo internacional de científicos
que asesora a la ONU en temas de cambio climático, presentado en Ginebra
(Suiza), forma parte de una serie de análisis monográficos sobre el impacto del
calentamiento en sectores concretos. Tras el estudio sobre el uso del suelo por
parte del ser humano, en septiembre se presentará otro sobre el impacto del
cambio climático y los océanos.
Estos informes sirven
para sentar las bases del conocimiento científico sobre los problemas derivados
del calentamiento global para que los responsables políticos tomen luego las
decisiones para adaptarse a los impactos y reducir los gases de efecto
invernadero.
Tras la difusión del
informe del IPCC, la ministra en funciones para la Transición Ecológica de
España, Teresa Ribera, ha valorado que el IPCC vuelva a ofrecer “la última y
mejor información científica disponible para que las Administraciones y
sectores económicos adopten medidas y políticas informadas para frenar el
cambio climático”. “Una vez más”, ha añadido a través de un comunicado de
prensa la ministra, “la comunidad científica internacional lanza un claro
mensaje de urgencia: es necesario garantizar, en el corto plazo, un uso
sostenible de la tierra”.
Todos los análisis
apuntan a lo graves impactos climáticos que vivirá España y, como recordó
Ribera, el país es “vulnerable al cambio climático y a sus fenómenos
asociados”. Y recordó que España está expuesta al “riesgo de desertificación,
la erosión o la pérdida de biodiversidad”.
La Tierra en rotacion
24 de octubre del 2019
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