José Antonio Gamallo Díaz, nativo de Pontevedra,
Galicia, España, y naturalizado venezolano, fue uno de los que lo sorprendió la
muerte a la edad de 45 años, el 11 de abril de 2002, en los sucesos conocidos
como la masacre de Puente Llaguno en Caracas, a 300 metros del Palacio
Presidencial de Venezuela (Miraflores). Había llegado a
Caracas con su familia a la edad de 9 años. Formaba parte de esa legión
de manifestantes que ese día marchaban contra el gobierno de Hugo Chávez, donde
grupos de civiles dispararon contra los manifestantes y, él fue impactado por
una bala en la cabeza. Gamallo Díaz quedó tirado en la calle con el rostro y la
cabeza sangrante, lo trasladaron al hospital Vargas, lo dieron por muerto,
camino a la morgue notaron que sus signos vitales respondían, lo llevaron al
quirófano. Meses después murió en Galicia.
martes, 7 de agosto de 2018
Por respeto a nuestro pueblo - Luis Montilla
El pasado jueves 26 de julio, asistimos a una asamblea
de ciudadanos en la sede de la Cámara de Comercio del estado Mérida, con la
presencia de los diputados de la fracción democrática en la AN, Alexis
Paparoni, Stalin González y Carlos Paparoni. La asamblea despertó muchas
expectativas y entusiasmo por la falta de información que se impone en el
escenario político nacional; se inició con la presencia de alrededor de 40
personas, entre dirigentes de algunos partidos políticos, independientes,
sociedad civil y representantes de gremios profesionales. Un auditorio plural y
calificado. Entre las intervenciones de los diputados y las apreciaciones,
opiniones y preocupaciones del público asistente, podríamos recoger algunos
aspectos de interés colectivo:
El uso del gaslighting y las nuevas estrategias de control y dominación de la sociedad - Vladimiro Mujica
A mi amigo Ernesto Medina, quien fue el primero en
advertirme sobre el uso del gaslighting
Aparentemente el término gaslighting proviene de una
obra de teatro inglesa de 1938 “Gas Light”, en la cual un marido intenta
enloquecer a su esposa usando una variedad de triquiñuelas y engaños, hasta
llevarla a cuestionarse sus propias percepciones y realidades. Posteriormente
la obra fue llevada al cine en 1940 y en 1944.
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