Mauricio Macri intentó
presentarse como un liberal democrático que buscaba «unir a los argentinos».
Pese a ello, su gobierno mixturó una identidad antiperonista clásica con un
neoliberalismo remozado, que no tuvo reparos en flirtear con propuestas
autoritarias. Sin embargo, el neoliberalismo de Cambiemos no fue aquel que
seguía el recetario del Consenso de Washington: fue uno que combinó ajuste,
planes sociales de supervivencia y securitización de los problemas públicos.
En 2015, la alianza
electoral Cambiemos, que tenía como socios mayoritarios al partido Propuesta
Republicana (PRO) fundado por el empresario Mauricio Macri y a la tradicional
Unión Cívica Radical (UCR), triunfó en las elecciones presidenciales. Si bien
Macri comenzó su carrera política con posiciones públicas derechistas, supo
suavizar su imagen y promover valores liberales y republicanos tales como el
pluralismo, el diálogo y el respeto a las instituciones. Envuelto en una
retórica de novedad, Cambiemos se vinculó a una concepción modernizante, tecnocrática
y respetuosa de lo público y puso énfasis en «unir a los argentinos profundamente
divididos entre partidarios y detractores del gobierno peronista de Cristina
Fernández de Kirchner.