En Amsterdam, el modelo de
turismo se construye para satisfacer el deseo masculino. Las mujeres en
escaparates rojos son tan famosas como sus puentes y canales
Amsterdam no existe en realidad. La ciudad, dicen,
es el máximo exponente de lo que es capaz de hacer el ser humano. Construida
sobre agua, la población ha aprendido a vivir en constante movimiento. Nada
parece casual. Las casas están un poco inclinadas hacia delante para que los
muebles no golpeen con la fachada cuando los suben por el exterior. Por esas
escaleras tan estrechas, no caben grandes armatostes. En el tejado de casi
todas las viviendas hay colgado un gancho, que utilizan para agarrar las
poleas. A casas estrechas, grandes soluciones. Los impuestos aumentaban en
función del ancho de la vivienda, así que construyeron hacia arriba.