La escaladora japonesa fue la primera mujer en coronar la
cima del mundo en 1975 con una expedición femenina
Junko Tabei se encargó de demostrar al mundo, y no una ni dos veces sino a lo
largo de toda su vida, que mucho más importante que la condición física para
conseguir un sueño es la decisión de lograrlo y la fortaleza mental. Es la
única forma de explicar que una persona de apariencia “frágil y débil”, como la
definían quienes la conocieron por su escaso metro y medio de estatura, se
convirtiera, con tesón e ilusión a partes iguales, en historia imprescindible
del alpinismo mundial.