El metano es un gas 30
veces más peligroso que el CO2. Las emisiones de metano de Venezuela reportadas
ante la ONU constituyen la confesión de un crimen social, pues sus gigantescos
desperdicios (12.000 millones de m3 anuales) contrastan con las
limitaciones a que se somete a la población para la adquisición de gas
doméstico. Un crimen ecológico, pues las emisiones por habitante duplican a las
de Brasil y Argentina y triplican a las de Colombia y México. Un crimen
económico, pues implican el desperdicio de 5.000 millones de dólares anuales.
La Segunda Comunicación de
Venezuela ante el Convenio Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático,
presentada ante la ONU en Enero 2018, se refiere a la situación del país en el
año 2010. Destaca la emisión de 5 millones de toneladas de metano (CH4)
ese año, equivalentes a 150 millones de toneladas de CO2.
Es así como, en el
curioso escenario que se presenta en la Segunda Comunicación para
Venezuela, no sólo la contribución del metano al calentamiento global termina
superando a la del CO2 (125 millones ton CO2), sino que la matriz de
emisiones excluye aportes netos provenientes de la destrucción anual de 164.000
hectáreas de bosques
naturales.
(EMISIONES DE CO2 POR DEFORESTACIÓN EN VENEZUELA 2019)
Según la Segunda
Comunicación, las emisiones de metano representan el 52% del total de emisiones
de gases de efecto invernadero, una proporción excepcionalmente superior
al promedio global ese mismo año (17%), así como a la de la Unión Europea: 9%,
Estados Unidos: 10%, China: 9%, Francia: 14%.
Según la Segunda
Comunicación, el 70% de las emisiones de metano corresponden a emisiones
fugitivas: 3,5 millones de toneladas anuales en el 2010, lo que equivale a
5.470 millones de metros cúbicos desperdiciados cada año, con un valor de
mercado de 656 millones de dólares anuales (1 ton metano = 1563 m3 a 24°C
y 1 Atm. Precio promedio del gas natural 2010: $0.12/m3).
La Segunda
Comunicación también se refiere a la quema anual de 2,04 millones de
toneladas de gas natural en mecheros. Esto es equivalente a la quema de 3.200
millones de metros cúbicos, con un valor de 384 millones de dólares
anuales. Entre las emisiones fugitivas y la quema en mecheros, Venezuela
habría desperdiciado más de 1.040 millones de dólares anuales en gas natural en
el 2010.
La Segunda Comunicación es
un documento oficial del estado venezolano, presentado ante la ONU. Sus
señalamientos sobre las emisiones de metano podría considerarse como la
confesión de un crimen: el desperdicio de 1.040 millones de dólares
anuales en forma de gas natural, mientras la población venezolana sufre una
escasez aguda de gas doméstico. Es además una exagerada contribución al
calentamiento global, muy superior a la de cualquier otro país latinoamericano
medida en emisiones por habitante: duplica a las de Brasil y Argentina y
triplica a las de Colombia y México.
El metano fugitivo
En la producción de gas natural
se presentan fugas en diferentes etapas: en la explotación, durante el
procesamiento, en las tuberías de transporte, en los sitios de almacenamiento,
cuando se distribuye o cuando se utiliza. Las emisiones fugitivas de Venezuela
fueron equivalentes al 7,4% de la producción, mientras que las de EUA, Canadá,
Irán o Argelia fueron todas inferiores al 2%.
Debido a la diferencia
en sus correspondientes pesos moleculares, cuando se consume un kilogramo de
metano (CH4) se producen 2,75 kilogramos de CO2. El poder de calentamiento
global de este CO2 es 2,75. Si ese mismo kilogramo de metano se emite o
escapa a la atmósfera, su poder de calentamiento global a largo plazo (100
años) es equivalente a 30 kg de CO2.
En consecuencia, la
huella de carbono correspondiente a la emisión directa de metano a la atmósfera
es 11 veces superior a la que se genera si se quema. Desde el punto de vista
del calentamiento global, es preferible evitar el metano fugitivo, aunque sea a
través de su combustión en mecheros. Es evidente que la alternativa más
beneficiosa es evitar las fugas.
Debido al alto valor de
su poder de calentamiento global (30), las emisiones fugitivas de metano
tienden a erosionar rápidamente la ventaja ambientales de plantas
termoeléctricas a base de gas en relación con las que utilizan carbón o
derivados del petróleo.
En Venezuela, una planta
termoeléctrica a base de diesel emite en promedio 30% más CO2 por
unidad de electricidad producida que una planta a base de gas cuando se
considera sólo el proceso de combustión. Al incluir las emisiones durante
el ciclo de vida de cada combustible, la ventaja comparativa del metano
sobre el diésel se anula cuando sus emisiones fugitivas superan el 4% del gas
que se consume en esa planta.
La Segunda
Comunicación es un documento oficial de Venezuela presentado ante la ONU y
ante el Acuerdo de París. Desafortunadamente, sus cifras carecen de
referencias verificables, por lo que su confiabilidad depende sólo de la
credibilidad que se le asigne.
Se refiere a la quema de 2,04 millones de
toneladas de gas natural en mecheros (mechurrios) en el 2010,
equivalente a 3.200 millones de metros cúbicos anuales.
Tanto los informes de
PDVSA como las publicaciones de la Organización de Países Exportadores de
Petróleo (OPEP) incluyen estadísticas que contradicen los señalamientos de
la Segunda Comunicación. Tanto en el informe anual de PDVSA 2012 como en
el Boletín Estadístico de la OPEP 2013 se señala que en el 2010 el
consumo de gas natural fue de 73.516 millones de metros cúbicos, y que la
cantidad de gas quemado en mecheros (flaring) fue de 6.700 millones m3,
el 9,1% (PDVSA 2012, OPEC Annual Statistical Bulletin 2013). Los datos
oficiales de PDVSA y de la OPEP señalan que la cantidad de gas quemado en el
2010 fue el doble de lo señalado en la Segunda Comunicación. Esta y otras
inexplicables discrepancias ponen en duda la credibilidad de sus señalamientos.
Entre las emisiones
fugitivas y la quema en mecheros Venezuela desperdició 12.170 millones de m3 de
gas en el 2010, con un valor de mercado de 1.460 millones de dólares.
Adicionalmente, tales
niveles de emisiones fugitivas (7,4%) y de quema en mecheros (9,1%) convierten
a las termoeléctricas basadas en gas en generadoras de emisiones de CO2 por
unidad de electricidad producida superiores a las que utilizan diésel o
fueloil.
El consumo de gas
natural en Venezuela alcanzó los 73.516 millones de metros cúbicos en el 2010,
de los que 2.000 millones m3 fueron importados desde Colombia a través del
gasoducto bidireccional Antonio Ricaurte. Venezuela importó gas
proveniente Colombia desde el 2007 hasta Mayo del 2014.
El precio del gas
importado desde Colombia se encontraba indexado al del mercado en el
terminal Henry Hub de Louisiana, EUA. En el 2010 promedió US$ US$
0.12/m3. La importación de gas desde Colombia le costó al país 240 millones de
dólares anuales.
En la generación de
termo-electricidad se consumieron 40 millones de barriles de diésel y fueloil y
4.436 millones de m3 de gas. Tanto el consumo de gas como el de derivados
de petróleo en las centrales termoeléctricas se realiza bajo subsidios, a
precios por debajo de los costos de producción: 0,15 Bs/m3 (0.02$/m3; Gaceta
Oficial 38386 del 23/02/2006; Gaceta Oficial 38401 del 20/03/2006; tasa de
cambo: 6,3 Bs/$).
La sustitución del
diésel/fueloil por gas no sólo podría reducir las emisiones de CO2, sino
liberaría unos 40 millones anuales de barriles de diésel y fueloil que podrían
ser exportados. En el 2010 tales exportaciones habrían superado los 3.200
millones de dólares, calculados entonces a $80/barril. Para realizar esta
sustitución se habrían requerido 5.400 millones de m3 adicionales de gas,
el 45% de lo que se desperdicia entre emisiones fugitivas y la quema en
mecheros (12.000 millones m3).
Las pérdidas económicas
pueden resumirse de la siguiente manera:
Emisiones fugitivas: 3,5
millones de toneladas anuales en el 2010, equivalente a 5.470 millones de
metros cúbicos de metano, con un valor de mercado de 656 millones de
dólares.
Quema de 6.700 millones
de metros cúbicos de gas natural en el 2010, con un valor de 804 millones de
dólares anuales.
Importaciones de gas
desde Colombia 2010: 240 millones de dólares anuales.
Sustitución de diesel
por gas en centrales termo-eléctricas: 3.200 millones de dólares en el
2010 (ingreso por exportación que se hubiese derivado de dicha
sustitución)
Total: 4.900 millones de
dólares anuales (2010).
En resumen, las
emisiones de metano de Venezuela reportadas ante la ONU en el 2018 constituyen
la confesión de un crimen social, pues los gigantescos desperdicios (12.000
millones de m3 anuales) contrastan con las limitaciones a que se
somete a la población para la adquisición de gas doméstico. Un crimen
ecológico, pues las emisiones por habitante duplican a las de Brasil y
Argentina y triplican a las de Colombia y México. Un crimen económico, pues
implican el desperdicio de 5.000 millones de dólares anuales.
Escenario alternativo
Como alternativa a la
situación descrita conviene incorporar a la estrategia nacional ante el cambio
climático los siguientes objetivos:
Limitar las emisiones
fugitivas de gas natural a un máximo de 5% para el 2025 y 2% para el 2030
Limitar la quema en
mecheros a un máximo de 5% para el 2025 y 2% para el 2030
Sustituir
progresivamente el uso de diésel y fueloil en las centrales termoeléctricas por
gas natural hasta alcanzar una sustitución total para el 2030. Esta sustitución
puede realizarse con los ahorros de gas que se desprenden de los objetivos
anteriores.
Aporrea
Jc-centeno@outlook.com
26 de Octubre del 2019
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