Los países firmantes del Grupo de Lima han reiterado
"su permanente compromiso de continuar promoviendo, junto con la comunidad
internacional, la recuperación de la democracia y el Estado de Derecho en
Venezuela".
El canciller chileno Roberto Ampuero, izquierda, su homólogo
peruano Nestor Popolizio, y la canciller canadiense Chrystia Freeland, miembros
del Grupo de Lima, son fotografiados antes de una reunión en Naciones Unidas el
lunes 3 de junio de 2019. AP Foto/Richard Drew.
El Grupo de Lima ha condenado este viernes la
elección de Venezuela como miembro del Consejo de Derechos
Humanos de Naciones Unidas y ha pedido a la organización internacional que
continúe su investigación sobre la situación humanitaria en el país a pesar de
su nuevo estatus.
Los países firmantes -Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía- han lamentado "profundamente" que "el régimen ilegítimo y dictatorial de Nicolás Maduro, responsable de muy graves violaciones a los Derechos Humanos, haya sido elegido al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas para el período 2020-2022".
Así, han ratificado su "firme decisión de realizar los mayores esfuerzos para que se continúe en dicho Consejo la investigación de las violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos en Venezuelapara que los responsables de estos actos criminales no queden impunes".
Además, han reiterado "su permanente compromiso de
continuar promoviendo, junto con la comunidad internacional, la recuperación de
la democracia y el Estado de Derecho en Venezuela".
América Latina y el Caribe tenía dos asientos reservados entre los nuevos integrantes del Consejo que, en principio, se iban a adjudicar automáticamente a Venezuela y Brasil porque eran los únicos aspirantes por la región.
América Latina y el Caribe tenía dos asientos reservados entre los nuevos integrantes del Consejo que, en principio, se iban a adjudicar automáticamente a Venezuela y Brasil porque eran los únicos aspirantes por la región.
Para evitarlo, el presidente de Costa Rica, Carlos
Alvarado, anunció el pasado 3 de octubre 'in extremis' la candidatura del país.
"Por las graves violaciones contra los Derechos Humanos (...), el régimen
de Venezuela no es un candidato adecuado para el Consejo", dijo
en Twitter.
Pese a ello, Venezuela fue elegido en la votación que se llevó a cabo el jueves en la Asamblea General de la ONU junto a Brasil, mientras que Libia, Mauritania, Namibia y Sudán, ocuparon los cuatro asientos africanos; Indonesia, Japón, Islas Marshall y Corea del Sur, los cuatro de Asia-Pacífico; Armenia y Polonia, los dos de Europa del este; y Alemania y Países Bajos, los otros dos de Europa occidental.
Venezuela ocupará la vacante de Cuba, cuyo mandato acabará el 31 de diciembre, mientras que Brasil ha sido reelegido para otros tres años. Caracas y Brasilia compartirán la representación regional con Argentina, Bahamas, Chile, México, Perú y Uruguay, ya presentes en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, formado por 47 países.
El régimen de Maduro celebró la designación de Venezuela como una "victoria histórica" porque, según denunció, ha tenido que hacer frente a una "campaña brutal" de Estados Unidos y sus aliados a favor de Costa Rica. La oposición liderada Juan Guaidó, en cambio, ha denunciado que "el régimen se sienta en una silla bañada de sangre".
Diario de Las Americas
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