Cada vez que el narco-régimen de
Miraflores percibe que se resquebraja el proyecto hegemónico bolivariano apela
a un engañoso antiimperialismo que no trasciende más allá de una maniquea
retórica orientada a reunificar su debilitada, fragmentada y desmoralizada
militancia.
Sin dudas que el
“antiimperialismo bolivariano” es tolerable, conveniente e inofensivo para el
poder imperial. No pasa de ser una narrativa perezosa y acomodaticia para el
público de galería mientras tras bambalinas ese “despreciable imperio” se ha
convertido en el sostén económico fundamental de la “robolución”. Prueba de
ello ha sido la venta leonina de los bonos de PDVSA a la empresa norteamericana
Goldman Sachs Group Inc. Esos bonos habían sido colocados por PDVSA ante el
Banco Central de Venezuela como pago del financiamiento del Estado a la estatal
petrolera dado su colapso financiero. Vale acotar que a pesar de ser PDVSA uno de
los mayores exportadores mundiales de crudo y también uno de los mayores
titulares de reservas comprobadas en el subsuelo, la estatal sufre de una insolvencia
financiera que compromete su
operatividad como empresa.
El valor real de
los bonos PDVSA 2014 era de US$ 2.800 millones (vencimiento 2022), pero fueron
rematados por el régimen siniestro de Maduro a los “camaradas” de Goldman Sachs
en US$ 865 millones. Los “compatriotas” del Goldman Sachs Group Inc. se
hicieron de los bonos de PDVSA con un descuento equivalente al 69%, es decir
pagaron 31 céntimos por dólar. Los “camaradas de Wall Street” le han dado
al régimen del tartufo de Miraflores un salvavidas financiero de $2,800 millones.
Aunque no es extraño que los bancos compren deudas de países con dificultades
económicas o en quiebra, esta operación financiera llama la atención porque la
misma se da con un régimen que hacometido graves
violaciones a los derechos humanos, incluyendo la institucionalización de la
tortura y el asesinato de decenas de ciudadanos. Cosa veredes, el
“odiado imperio del norte” socorriendo al iletrado Maduro. Como suelen decir,
amor con amor se paga.
Más allá de la
pirotecnia discursiva que proclama al Che como ídolo y ejemplo a seguir, los
narcofarsantes bolivarianos son practicantes de una genuflexión vergonzosa
frente al imperio y al toro de Wall Street. El bastardo de Miraflores, al igual
que lo hizo el histriónico tte coronel, sigue privilegiando y protegiendo a las
inversiones extranjeras, como nunca lo había hecho gobierno alguno en nuestro
país. En la praxis los “camaradas del imperio” se han transformado en los
grandes financistas de la facho-revolución bolivariana. Bastaría revisar las
negociaciones con Inter American Coal, Chevron-Texaco, Conoco-Phillips,
Ruhrkohle, Anglo American Coal y obviamente la más recientemente con Goldman
Sachs Group Inc para entender lo inocuo y falaz de su antiimperialismo.
Son estos
antimperialistas bufos los que le inyectan 860.000 barriles de petróleo y
derivados diariamente a la economía del Tío Sam, quienes han pagado
religiosamente unadeuda externa ilegalmente contraída, aunque ello ha significado declararse
en default con el pueblo venezolano (falta de medicamentos, de alimentos e
insumos para la industria). Endeudamientos mayormente contraídos por el
fallecido tte coronel y continuados por su espurio e ignorante delfín que han
llevado los pasivos de la nación a una situación crítica, comprometiendo la
capacidad de pagos de la República ante los entes financieros internacionales.
Estos verdaderos servidores del imperio han sido quienes firmaron los tratados de la Doble
Tributación y el de la Promoción y Protección de Inversiones. Además,
tanto el insepulto comandante galáctico, como el ungido Maduro han
expresado su voluntad de permanecer en el Centro Internacional de Arreglo
de Diferencias sobre las Inversiones (CIADI) del Banco
Mundial, instrumento supranacional de dominación capitalista contrario a
la soberanía y a la autodeterminación de los pueblos.
Estos narcosirvientes del imperio han
subastado el país al mejor postor a fin de complacer al proyecto hegemónico
global, obtener divisas para financiar su bastardo proyecto militarista, así
como alimentar sus cuentas bancarias personales. Muestra de ello ha sido la
desnacionalización neoliberal de las actividades medulares de la industria
petrolera y de minería mediante la creación de las empresas mixtas y los
convenios ilegales del Arco
Minero del Orinoco.
Igualmente, a través de la creación de las Zonas Económicas
Especiales, paraísos de explotación capitalista salvaje en
el territorio nacional, cuya soberanía ha sido cedida al control del
inversionista extranjero.
Son unos
renegados ideológicos que en nombre de un antiimperialismo burlesco han
privilegiado a los capitales transnacionales a quienes han convertido en socios
del saqueo perpetrado en contra de nuestro país, y financistas de su proyecto
perverso (Goldman Sachs, etc.). No son más
que un cartel de narcos financiados por Wall Street.
Jose Lopez <lopezpadrino@icloud.com>
martes, 06 de junio de 2017
José R. López Padrino M.D. Ph.D.
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