El año pasado hacía referencia a lo importante que es la
marca Italia para aquel país. De hecho, agregaba que la imaginación se queda
chica para clasificar tantas cosas que llevan el Made in Italy; lo que le
genera un valor agregado a cada producto. Lo contrastaba entonces con el
antónimo por excelencia, al menos en el imaginario colectivo sobre la
excelsitud: el Made in China.
Pero, algunas veces existen puntos de encuentro entre dos
culturas, dos países. Entre estos dos ocurre con la pasta que, mutatis
mutandi, es tan propio de un país, como del otro. De hecho, muchos sostienen
que la misma es invención China, que luego fue introducida por el veneciano
Marco Polo en la península italiana. Otros, lo desmienten. Y agregan que los
romanos ya comían el “Laganon”, de donde derivaría el nombre Lasagna. En fin,
un punto medio que no le quita valor a ningún país y, al contrario, los une en
un aspecto cultural.
Lamentablemente, hay un factor más actual que está
mezclando el Made in Italy con el Made in China: el COVID-19. En ambos casos,
resulta injusto responsabilizar a un país de la enfermedad (caso China) y a
otro de su propagación (caso Italia). Pues buscar culpables no solventa la
situación, sino que más bien crea otra: la xenofobia, que es la enfermedad más
difícil de erradicar.
Coronavirus
Las últimas semanas me he enfocado exclusivamente sobre el coronavirus. Lo hago
porque es noticia diaria y, según la OMS, ya oficialmente Pandemia. También
porque lo considero un peligro que pone a prueba a la humanidad en su conjunto:
a sus sistemas de respuesta clínicos; a sus avances investigativos; a la
estructura y capacidad que tiene un país y, sobre todo, a la actuación de una
sociedad cohesionada para enfrentar un conflicto viral. Y digo “sociedad” y no
“Estado” porque hemos visto que la respuesta efectiva no es solo estatal. Ha de
ser el colectivo consciente que tome medidas personales para evitar trasmitir
un virus que, si bien curable en la mayoría de los casos, es de facilísima
propagación.
Y es que mientras China en lo interno lo asumió de manera
fugaz, en occidente pasamos en menos de un mes de “poco más que una gripe” a
pandemia. El COVID-19 ha demostrado ser una amenaza superior a lo que se
pensaba. De hecho, la subestimación de la situación es lo que ha llevado al
desastre. Ya se lo dijo el senador Matteo Renzi al mundo: “no comentan los
mismos errores que nosotros”. Porque el coronavirus ya migró de Asia y se hizo
una amenaza realmente global.
De hecho, de China ya prácticamente salió. O al menos se
encuentra cerca de solventarse la situación. Ya decretaron que el pico fue
superado y los incrementos en las zonas más sensibles resultan ínfimos. Y todo
esto gracias a una serie de medidas adoptadas que parecen ser efectivas solo en
una sociedad piramidal; en donde uno manda, y los demás obedecen.
Venezuela
Los grandes focos ahora están en Corea del Sur, Irán y la Unión Europea, en
general. América Latina es la segunda región menos contagiada, después de
África. Puede deberse al clima, como muchos expertos creen. Aunque también en
la ineficacia en detectar el virus por parte de los sistemas de salud,
excluyendo cualquier otra enfermedad de la cual el corona se busque disfrazar.
El caso es que en Venezuela, por fin, se empezaron a
tomar medidas a nivel gubernamental. Son las correctas, ya que siguen el
ejemplo de los países que sufren agudamente la enfermedad: cancelar vuelos,
cerrar fronteras, limitar o prohibir manifestaciones de masas, etcétera. Son,
al final, medidas convenientes para una situación no solo de salud, sino
también política. Ya que resultan así una excusa perfecta para apaciguar
exaltaciones populares bajo la excusa de un virus que dejó de ser banal. Sin
mencionar que es otro argumento conveniente para criticar las sanciones de
Estados Unidos.
Maduro hace una semana acusaba a EEUU de la creación del
virus para dañar a la economía China. Es mejor que cambie el discurso, porque si
usamos su misma lógica, el no es que resulte particularmente perjudicado de
esta situación.
@NelsonTRangel
Digalo Ahi Digital
21 de Marzo del 2020
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