La noche del 21
al 22 de diciembre será la más larga del 2015 en el hemisferio norte y la más
corta en el hemisferio sur
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El segundo solsticio de 2015 será el
próximo 22 de diciembre (a las 05:48h, hora peninsular española). Los
solsticios son los momentos del año en los que el Sol alcanza su mayor o menor altura
aparente en el cielo, y la duración del día o de la noche son las máximas del
año, respectivamente. Este comportamiento es, además, inverso en cada
hemisferio, por lo que éste será el solsticio de invierno en el hemisferio
norte, y de verano en el hemisferio sur.
En la región al norte
del Círculo Polar Ártico no saldrá el Sol, mientras que, en la región al sur
del Círculo Polar Antártico, el Sol no se pondrá
Esto es así porque las estaciones dependen
de la inclinación del eje de rotación de la Tierra respecto al plano de su
órbita, y no de la mayor o menor distancia entre nuestro planeta y el Sol. Por
ello, las estaciones están invertidas entre ambos hemisferios, pues cuando
tenemos el día más largo en uno (y, por tanto. más horas de radiación y más
concentrada), sucede lo opuesto en el otro.
El motivo de que los solsticios no ocurran
exactamente el mismo día y a la misma hora cada año es que el periodo
orbital terrestre no es exacto: toma 365,2425…
días en realizar un
giro completo alrededor del Sol. En gran parte, esto es compensado mediante la
introducción de los años bisiestos (2016, por cierto, lo es), pero siguen
existiendo pequeñas diferencias horarias que hacen saltar en ocasiones un día.
Planteemos algunas cuestiones extremas que
pueden resultar ilustrativas. Por ejemplo, ¿qué ocurriría si el eje de rotación
de la Tierra fuese perpendicular al plano de su órbita? Pues que el Sol siempre
saldría exactamente por el Este y se pondría exactamente por el Oeste, y que
las noches y los días durarían siempre lo mismo. En el caso de la Tierra, esto
sólo ocurre dos días al año, los que denominamos equinoccios. Otra consecuencia
notable es que no tendríamos estaciones.
Las estaciones están 'invertidas' entre ambos
hemisferios: el mismo solsticio de invierno en el hemisferio norte es el
solsticio de verano en el hemisferio sur
Sin embargo, la Tierra está inclinada unos
23 grados y medio y, por lo tanto, los días y las noches se suceden variando su
duración de forma progresiva. En los equinoccios, la duración del día y de la
noche es exactamente igual, y el Sol sale exactamente por el Este y se pone
exactamente por el Oeste. Luego el Sol saldrá más al norte o al sur, hasta
alcanzar una posición extrema en la que nuestra estrella parece detenerse y
regresar de nuevo a la posición original. Este es el denominado solsticio, del
latín solstitium o "Sol quieto". El proceso
se repite de forma análoga en el sentido opuesto. Es precisamente este efecto
el que permitió a Eratóstenes
determinar el radio de la Tierra.
En una fecha tan señalada están ocurriendo
cosas curiosas en el planeta. En la región al norte del Círculo Polar Ártico no
saldrá el Sol, mientras que, en la región al sur del Círculo Polar Antártico,
el Sol no se pondrá y permanecerá
en el cielo girando alrededor del observador. En los polos (de forma
alterna) no saldrá el Sol hasta el equinoccio, siendo de día durante seis meses
seguidos de otros seis meses de noche. Otro lugar menos frío pero igualmente
único es, en este caso, el Trópico de Capricornio. En él, el Sol pasará
exactamente por la vertical el medio día de este solsticio, lo que ocurrirá en
el Trópico de Cáncer en el próximo solsticio, dentro de seis meses.
En todas las
civilizaciones, el ser humano ha sido capaz de determinar estas efemérides
mediante la observación del firmamento
Los solsticios o equinoccios no necesitan
de altísima tecnología para su determinación. Un palo o unas piedras, además de
nuestra metódica observación del cielo (el Sol en este caso), son suficientes
para determinar la fecha. Las civilizaciones más antiguas (incluso
extremadamente aisladas, como puede ser la de la Isla de
Pascua) ya conocían estas efemérides perfectamente, existiendo
festejos relacionados con los mismos en casi todas las civilizaciones. Incluso
hay quien propone que en la Edad de
Piedra podrían haber
poseído ya este conocimiento. La astronomía suele estar relacionada con gran número
de festividades en nuestra cultura. Al igual que la Luna llena marca las fechas
de la Semana Santa y de los Carnavales, puede que la Navidad o la noche de San
Juan estén relacionadas con los solsticios, festejos posiblemente heredados de
festividades paganas. Será difícil confirmar o desmentir este punto.
Permítanme aprovechar esta ocasión para
desearles un feliz solsticio y una próspera nueva órbita.
Alfred
Rosenberg González es doctor
en Astrofísica, investigador y divulgador del Instituto de Astrofísica de
Canarias dentro de su Unidad de Comunicación y Cultura Científica (UC3).
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