Latinoamérica. tuvo distintas reivindicaciones que se
encontraron con una respuesta institucional confusa y tardia. La protesta se
intensifico ante la respuesta violenta del Estado, el uso de la violencia por
parte de civiles y la baja capacidad de los gobiernos nacionales de turno para
responder de manera apropiada a través del diálogo. A pesar de algunos
esfuerzos realizados para abrir espacios de conversación y acercamiento entre
los manifestantes y el Estado, sigue siendo evidente la desconfianza y la baja
legitimidad de las instituciones entre la ciudadanía. En definitiva, eastia y
se mantiene actualmente sentimiento desagradable por el incumplimiento de las promesas
ofrecidas, a una población agotada de tanto desengaño de propuestas supuestamente
de izquierda o derecha.
Las democracias latinoamericanas no canalizan las
demandas ni encuentran soluciones a la creciente frustración social, mientras
desarrollan alternativas políticas demagógicas y autoritarias, con modelos
alejados, incluso contrarios, de los valores democráticos, respeto a la
separación de poderes y al adversario y aceptación de los resultados. La deriva
autoritaria no es patrimonio de ningún grupo concreto del espectro politico o
ideológico.
Los nuevos caudillismos buscan demoler las estructuras
institucionales. limitando la capacidad de control de los otros poderes,
especialmente el judicial y Fel legislativo. Su estrategia se expresa de
diversas maneras: fortalecimiento de liderazgos caudillistas, ataque a los
medios de comunicación y menosprecio creciente de instituciones como el
parlamento y la justicia, garantes del equilibrio entre poderes y de la
vigencia de los pesos y contrapesos. Sin ellos, la concentración de poder es
imparable y el poder queda en manos de liderazgos políticos poco interesados en
la democracia. A esto se suman otros mecanismos, cada vez más activos:
subordinación de policías y militares a los objetivos gubernamentales y control
de la información, especialmente en Internet y las redes sociales, para abortar
las protestas de sectores no organizados ni alineados. Esta descripción y
estrategia es cumplida al pie de la letra en la Venezuela revolucionaria, son
23 años de perfeccionamiento del modelo autoritario.
En este marco los partidos políticos venezolanos han entrado en un bache, sin partidos no hay democracia, pero la democracia de partidos muestra un funcionamiento deficitario en sus elementos fundamentales: están fallando en su capacidad programática y de gestión para generar e implementar soluciones adecuadas a los entornos presentes, muestran un fracaso en su forma de representar a la ciudadanía y dar sentido a la democracia. Adicional que algunos de ellos fueron penetrados y utilizados como plataformas para cultivar el bien personal y no el bien común. El sistema politico y las dinámicas comunicacionales contemporáneas han generado incentivos perversos El populismo viene en crecimiento, igual que las posiciones autoritarias, así como el aumento de las desigualdades y las frustraciones ciudadanas.
En los dos y medio años de pandemia no se produjo nada nuevo, se profundizaron los problemas económico sociales y politico institucionales preexistentes, mientras se aceleraban conflictos previos: polarización y fragmentación. El régimen autoritario renovado compromete a la democracia y sus instituciones. La continuidad de problemas estructurales agrava la situación, avivados por la mala coyuntura económico, social, acelerados por la pandemia y por una deficiente gestión para enfrentarlos. Los actores políticos emergentes no aparecen y los tradicionales confundidos, desorientados y manchados por comportamientos inmorales y dolosos, producen mayor frustración en los venezolanos, quienes no observan alternativas para el cambio necesario. Esos quiebres han roto o han alejado los consensos político institucionales, requeridos para la lealtad al sistema erosionando gradualmente a la frágil democracia venezolana.
El péndulo politico sigue oscilando en Latinoamérica,
llegando al extremo, que ante la frustración acumulada las sociedades
seleccionan un salto al vacío. votando a posiciones extremas. Con estrategias
basadas en la construcción de un chivo expiatorio, un enemigo útil: la casta politica,
Sobre el cual descargar la frustración social con un lenguaje agresivo y de
alta carga emocional, fácilmente seductor para una ciudadania agotada. La
desilusión aflora muy rápido, los iluminados pronto incumplen sus promesas,
trasladando las cargas a quienes supuestamente venían a proteger.
En la Venezuela presente el régimen autoritario avanza
con algunas preocupaciones, por la situación económica, social y politica que
lo mantiene en observación por la comunidad internacional. El fracaso de la
gestión revolucionaria se expresa de forma clara en la crisis de expatriados,
que son sometidos a tratos inhumanos y limitaciones de todo tipo, hechos que
son inocultables y que, a pesar de los riesgos, más de 7 millones de
venezolanos abandonaron el país. La crisis humanitaria compleja que padece la
nación y la crisis de los partidos politicos, llevara a la ciudadanía a
explorar alternativas para solucionar sus demandas. Alternativas que pueden ser
contranas al sistema Institucional, que ante la orfandad vienen ganando fuerza
y legitimidad entre la ciudadania. Un régimen que ha acabado con las
estructuras legales y constitucionales, que ha centralizado el poder en un
mandatario con alta acumulación del mismo. Con recorte de competencia y margen
de acción para los contrapoderes institucionales, las oposiciones y la opinión
pública, puede tener como contraposición una suerte similar.
gguillermorb@yahoo.com
@germanrodri
@germanoveja
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