No hay nada más
determinante en política y en la vida, que estar “en el lugar adecuado, en el
momento adecuado” y eso es esencialmente lo que le ha dado vigencia y
resonancia al Presidente de la Asamblea Nacional Juan Guaido. En uno de las
tantas coyunturas, en que los no pocos errores de las fuerzas democráticas
habían sumido a la ciudadanía en el desconcierto y la desesperanza, su
liderazgo y su activismo ha permitido insuflar nuevos bríos a un país cansado
de tanto y tan terrible sufrimiento.
Amén de sus meritos
y de su diligente desempeño al frente de las riesgosas y desafiantes tareas asumidas, ha sido la fuerza de los
hechos y de la realidad la que ha determinado su rol protagónico al frente de
las fuerzas del cambio. Es él quien ante
a la mayoría del país y de parte relevante de la comunidad internacional,
tiene reconocimiento y respaldo, por lo que su figura resulta incuestionable a
la hora, al parecer próxima en que la sociedad democrática tenga que
pronunciarse electoralmente sobre el futuro de Venezuela.
La inminencia de un
desenlace comicial, a la cada vez más critica y caótica realidad venezolana, obliga
a movimientos, partidos y dirigentes ubicados en la plataforma del cambio, a
realizar los aprestos, las tareas que permitan unir esa voluntad inmensamente
mayoritaria que desde el sufrimiento diario está dispuesto a restearse con una
propuesta y una candidatura que interprete ese deseo incontenible de cambio.
Es necesario
entonces lanzar un fuerte aldabonazo a
la conciencia y responsabilidad de
los conductores políticos, de los jefes partidistas, de quienes en definitiva tienen relevancia en el
heterogéneo y diverso mundo opositor, para entender que el momento requiere
altura de miras, compromiso con el país, sentir el padecimiento y la extrema
necesidad de la gente, entender que cualquier aspiración por legitima y avalada
que sea, no puede anteponerse a la
prioridad de unificar fuerzas, solidificar esfuerzos, mancomunar voluntades,
desdibujar fronteras y banderías políticas canalizándolas dentro de un gran
movimiento nacional que tenga dos objetivos básicos: asegurar una contundente y
determinante victoria electoral que abra caminos a una transición democrática y
garantizar la gobernabilidad y el éxito de la nueva gestión que tendrá la
titánica tarea de reconstruir a Venezuela luego de dos décadas de rapiña,
destrucción y saqueo.
Solo la división y
la abstención del mundo democrático, puede fortalecer a las menguadas fuerzas
que aun respaldan al régimen. Solo competencias y aspiraciones impertinentes y
extemporáneas pueden junto al desanimo por el ejercicio cívico del sufragio revalorizar
a los cada vez mas debilitados apoyos al gobierno. Ello obliga a toda la
conciencia democrática de la nación a presentar un candidato y a realizar una
gran campaña de motivación y preparación electoral que asegure no solo la
masiva concurrencia a las mesas electorales, sino la construcción de una
poderosa maquinaria, que neutralice el ventajismo oficialista y que impida que se pueda
escamotear un solo sufragio a favor del cambio.
En la perspectiva
cada vez más probable, de un evento electoral Presidencial, sería una verdadera
necedad no asumir unánimemente los valores agregados implícitos en la
candidatura de Juan Guaido, cuya relevancia nacional e internacional lo
convierten de antemano en un postulado imbatible.
El Presidente de la
AN, jugaría el papel que en lo Nacional tuvo Jovito Villalba en 1.952 o el que
hubiera jugado Rafael Caldera si la dictadura Perezjimenista se hubiera
atrevido a realizar comicios
democráticos en 1,957. El papel de Walesa en Polonia, de Alfonsín en la
Argentina, de Aylwin en Chile, de Mandela en Sudáfrica, que amen de las
valoraciones y meritos personales de
cada uno, aparecieron a los ojos de sus
compatriotas como los líderes capaces en esa coyuntura de sacar sus países
adelante.
Más temprano que
tarde, y pese a la tozudez y brutalidad
del régimen que nos desgobierna, los Venezolanos seremos convocados para
decidir democráticamente el futuro de
nuestra martirizada patria, y en ese momento estelar la unidad, el activismo,
la movilización y la preparación electoral, serán claves junto a la candidatura
de Guaido, para asegurar una gran victoria que inicie el tan esperado momento
de iniciar la reconstrucción del país y el reencuentro de los venezolanos.
Lunes, 09 de Septiembre del 2019
Costadelsolfm
https://www.costadelsolfm.org/2019/09/02/rafael-simon-jimenez-la-candidatura-de-guaido/
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