Estamos
en la primera semana de Julio. Mes de celebraciones independentistas como las
de Estados Unidos, Canadá, Argentina, Argelia y Venezuela.
El
5 será un día muy especial donde corroboraremos algunas cosas sobre nuestro
devenir. ¿Estamos bien, bien o por el contrario estamos bien mal?
En
esta fecha deberán ocurrir algunas cosas que podrían ser trascendentes como los
nombramientos del alto mando militar y del nuevo Ministro de la Defensa, en
medio de un clima tenso y siniestro como es el del asesinato (cometido en los
calabozos de la DGSIM, comandada por el General (Ej.) Iván Hernández Dala y
cuyo Jefe de Operaciones es el Coronel Darío Balza Llota) en la persona del
Capitán de Corbeta Rafael Acosta Arévalo.
Por
supuesto la primera intención expresada por el Fiscal Tarek William Saab,
obedeciendo instrucciones precisas de Nicolás Maduro, de Diosdado Cabello y del
General Padrino López es “echarles ese muerto a dos pendejos”, a quienes se les
solicitó detención preventiva. El teniente (GNB) Ascanio Antonio Tarascio y el
sargento segundo (GNB) Estiben José Zarate, presuntos responsables del hecho.
De
donde surge una pregunta obligada ¿Quién le ordenó al teniente Ascanio y al
Sargento Esliben que torturaran al oficial de la Armada para sacarle
expresiones que ellos deseaban para justificar su política represiva? Cabello
se deleitó en la TV anunciando su detención, Padrino cuando conoció la gravedad
de los hechos se dio tres golpes de pecho (santo, santo, santo) como para
curarse en salud, mientras Maduro lució compungido para intentar aparecer como
el “yo no fui”, ante la inminencia del informe de la representante de los DD.HH
de la ONU, Michelle Bachelet, que se dará a conocer presuntamente ese 5 de
julio y que a estas alturas y después de su opinión sobre el caso del Capitán
Acosta Arévalo, no soportaría solidaridades cómplices, ni maquillajes de ningún
género.
¿Y
que han dicho los jefes de la DGSIM, el General (Ej.) Iván Hernández Dala,
quien por cierto fue sancionado por la Unión Europea en junio de 2018,
luego por la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos en
febrero de 2019 y, más recientemente, ¿por el gobierno canadiense el
pasado 15 de abril y el Coronel Darío Balza Llota? Silencio. Ellos obedecieron
ordenes, muy a sabiendas de lo que hacían.
Por
ahora el alto gobierno está como la famosa pandilla de Don Gato, buscando como
esconder su fétido y humillante desastre. Vigilancia en la Morgue, no les
entregan el cuerpo a los familiares, nadie sabe si hubo o no autopsia, cual fue
el tenor de las torturas, mientras ruedan los rumores del más diverso signo,
hasta que aparezca Jorge Rodríguez, saliendo del closet, desde su diván,
vendiendo cualquier baratija que quiera hacer pasar como el oro de la sapiencia
y la verdad revolucionarias.
¿Recibirá
con tranquilidad el nuevo alto mando militar y las propias FANB esa menuda herencia
de un naufragio anunciado, al cual se le sumará la manifestación popular
convocada por Juan Guaidó para ese 5 de julio? No lo sé.
Lo
que es obvio es tal, porque es la realidad. El país está mal, bien mal, muy mal
y cada día que pasa la crisis se profundiza, sin que haya una salida sensata
sin el abandono del poder por parte de Nicolás Maduro y su camarilla.
Los
diálogos se han cerrado. No habrá un nuevo Oslo. Las potencias dirán y el
pueblo, que ya no aguanta más, también.
¿Actuarán
las FANB como bruscos cancerberos de una corrupción que está en sus alturas,
más no en sus bases? ¿Avalará crímenes de lesa humanidad?
Amanecerá
y ya veremos quienes son los nuevos mandos militares, cual su conducta, así
como el que dirá el famoso informe Bachelet, al que ya se le adelantaron
llevando el caso la semana pasada al Tribunal Internacional de La Haya. Una
distancia que se recorrió desde los Tribunales de Núremberg 1945, pasando por
el Estatuto de Roma 1988.
Y
ese ese pudiera ser otro cantar. Radovan Karadzic de Bosnia lo conoció muy bien
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