Con la imposición de la ANC
el régimen de Nicolás solo ha logrado el peor aislamiento, que país alguno haya
tenido, desde los tiempos del bloqueo contra su aliado gobierno cubano;
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Si de algo ha
servido el arma de la abstención ha sido para dejar plasmado el porcentaje de
los no votantes sobre el total de los que tienen derecho al voto. En todo
proceso electoral esta acción siempre estará presente, pero de allí a
convertirla en una estrategia, incluso para oponerse a los regímenes
autoritarios, más que una temeridad, pasa a ser un instrumento aliado al
enemigo que pretendes golpear, sobre todo si ella implica la no presencia del
actor político que la promueve. La no participación en esos procesos deja el
espacio libre al contrincante para cometer los fraudes hartos ya conocidos en
la historia.
Pudiésemos
agotar estas cuartillas explicando los tipos de abstención como fenómeno
electoral, pero el asusto que nos mueve es la predica en factores minoritarios,
pero muy activos en las redes y demás medios de comunicación, no solo abogando
por la no participación electoral, sino calificando de traidores y negociantes
de las luchas emprendidas recientemente a quienes han decidido participar. Los
combates contra las pretensiones dictatoriales no pueden ir en línea recta y
dura como una viga de acero, los mismos ameritan asumir todas las formas
pacíficas y violentas que la coyuntura vaya colocando en el tablero.
En la pelea
contra el fraude constituyente los grupos radicales le impusieron al resto de
la MUD, la vía del “Boicot Electoral” como forma de evitar el acto fraudulento,
y este llamado devino en una simple abstención pasiva, no vigilante para evitar
los resultados conocidos. De esa actitud nadie ha entregado cuentas, pero
si han regresado a su radicalismo infecundo, para esta vez lanzar toda su
caballería, contra quienes hemos tomado la iniciativa de participar en estas
elecciones regionales, donde, por cierto, se demostrará que jamás existieron
los ocho millones de votos de los cuales se ufana el PSUV.
Con la
imposición de la ANC el régimen de Nicolás solo ha logrado el peor aislamiento,
que país alguno haya tenido, desde los tiempos del bloqueo contra su
aliado gobierno cubano; de manera que promover apatía, escepticismo o
desinterés por los asuntos políticos, con el manido argumento de la traición,
es hacerle el juego a quienes saben que jamás volverán a ganar una elección,
vigilada y auditada por una oposición, dispuesta a defender en las mesas la
voluntad del elector, con el mismo ahínco demostrado en las calles de
Venezuela, en los días de la resistencia activa por el derecho al voto.
En efecto
nuestro principal adversario en esta nueva contienda es el gobierno con todo su
poderío económico, institucional y militar, por lo que no podemos perder de
vista el terrible daño que nos acecha de tomar fuerza la predica equivocada de
algunos factores y líderes opositores por la abstención militante. No vamos a
insistir en ejemplos de errores abstencionistas, pero incluso, hasta esta
última convocatoria a la abstención en la Constituyente madurista, habrá que
considerar en el futuro si fue pertinente o no tal decisión política. De todos
modos, la historia ha demostrado que la democracia se defiende es con votos.
No votar es un
derecho político del ciudadano y, eso nadie lo discute, pero con este gobierno
la abstención es un arma de doble filo, ella puede hasta degollar la inmediata
posibilidad que tenemos de salir de estos gobernadores, corruptos, ineficaces y
violadores de nuestros derechos humanos. Asumamos estas elecciones como otra
barricada por la libertad y por la salida de Maduro. La derrota de este
gobierno este 15 de octubre ya está cantada, solo depende de si el país entero
sale a votar, ese es el reto.
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