Más de mil páginas y veinticinco capítulos integran los
dos tomos de Agua en Venezuela: una riqueza escasa. He aquí el texto que
cualquiera de nuestros ensayistas, poetas, dramaturgos, fotógrafos,
compositores, cineastas hubiera querido escribir. Su tema es deslumbrante,
imprescindible y abismal; es a la vez un código para sanar a Venezuela, para
equilibrar nuestra sociedad y para intervenir en el futuro de todos. También
algo tan importante como la ley del país que ningún político decente de hoy
debe ignorar y que, si no sabe leer por completo, puede estudiar en la Agenda
del capítulo veinticuatro y en las concisiones del veinticinco.
«Ningún acto de terrorismo genera tanta devastación
económica como la crisis de agua» establece el Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo (2006). Y si, como calcula Arnoldo José Gabaldón, la
cantidad diaria de agua que parece ser imprescindible a cada ser humano está
entre 20 y 40 litros por persona, cuando en verdad el promedio es de tres mil
litros (si pensamos en el cultivo de un kilo de cereales y otro de res), tales
límites ya demarcan sociedades, sectores de pobreza y lujo, condiciones espirituales
y estéticas.
En estas páginas encontraremos exposiciones sobre el
origen del agua en la Tierra, su estatus en el mundo, su condición determinante
para la geografía, la relación entre lluvia, sequía, evaporación, suelos,
mesetas, agua subterránea, inundaciones, deslaves, petróleo, electricidad; y
una sólida caracterización de nuestros ríos y las zonas acuíferas de Venezuela,
así como la legislación que acerca de este territorio nos define, según las
ordenanzas de 1573, la Real Cédula de 1811, los códigos civiles desde 1862
hasta la actualidad, la Ley Orgánica del Ambiente (1976 hasta hoy) y la
Constitución vigente. Sin que se omita lo relativo al cambio climático y al
efecto en Venezuela del cambio global.
Todo el universo de la cultura del agua:
acción de vivir, producción agrícola e industrial, ciudades: la base y los
nutrientes para la conducta social del venezolano, su posibilidad de
introspección y prospección técnica, educativa, así como el vínculo estético
supremo, ya integrado a nuestra cotidianidad, por ejemplo, con el arte de Soto,
Otero, la poesía de Guillermo Sucre, Luis García Morales y Santos López, las
ficciones de Enrique Bernardo Núñez, Milagros Mata Gil y Rubi Guerra, la música
popular (Luis Felipe Ramón y Rivera, Alejandro Vargas, Rafael Sánchez López,
Amable Espina) y académica (Evencio Castellanos, Inocente Carreño), entre
otros.
Gisela Goyo como responsable editorial y la Fundación
Empresas Polar añaden un nuevo eslabón de oro a sus publicaciones. Los autores
de cada capítulo son profesionales con rigurosa formación; casi todos han
dedicado su vida a la investigación y conducción de programas prácticos en lo
relativo a las aguas de Venezuela. Destaco aquí a los coordinadores del
trabajo: Arnaldo Gabaldón, Aníbal Rosales, Eduardo Buroz, José Rafael Córdova,
Germán Uzcátegui, Laila Iskander; pero los capítulos y las breves biografías de
todos los participantes despiertan gran admiración.
Sé que la finalidad de Agua en Venezuela es
primordialmente pedagógica y práctica: un vasto manual para el conocimiento
teórico, para las derivaciones aplicables a esta realidad; un exigente escalón
para quien desee apoyarse en la obra y continuar sus lineamientos. Un
obligatorio mapa de trabajo para conducir a la Venezuela extraviada de hoy y
para, desde él, otorgarle grandes poderes políticos, de salud y economía, justo
cuando el relevo mundial del petróleo también nos amenaza.
Pero para mí, y tal vez nuestros artistas y pensadores
así lo acepten, estas páginas nos dejan ante el hechizo insondable de un
territorio privilegiado por sus terrenos y sus aguas: Venezuela. Los eruditos
que escriben la obra han rescatado objetivamente, y nos lo muestran con
valentía y brillo, el grado máximo de la belleza, la más honda relación entre
alma y planeta. ¿Lograremos pronto estar a la altura de su prosa científica, de
su humanismo sin fronteras, de su estremecedor asomo al secreto mayor: el de
las aguas?
Prodavinci
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