Nueve de cada diez
muertes se deben a la metástasis
El tratamiento de
los tumores primarios
va mejorando gradualmente. Pero, cuando aparece la metástasis, es decir, cuando
algunas células tumorales
emigran desde el tumor primario a través de la sangre o el sistema linfático y
anidan en otros órganos, las perspectivas del paciente empeoran radicalmente;
nueve de cada diez muertes por cáncer se deben a las metástasis.
Es lógico, por
tanto, que la investigación oncológica dedique una atención creciente a
estudiar la metástasis: qué distingue a las células capaces de viajar y anidar
en otras partes del cuerpo, cuáles de sus propiedades y puntos flacos se pueden
aprovechar para mejorar el pronóstico. Lee en Materia las conclusiones del mayor
estudio de pacientes con metástasis que se ha hecho nunca, y de qué manera esos
datos abren la puerta a nuevas estrategias clínicas. En la lucha contra el
cáncer, hay pocas cosas tan importantes ahora mismo.
La principal conclusión
de este macroestudio genómico es que las mutaciones oncogénicas (causantes de
cáncer) son muy parecidas entre la metástasis y el tumor original del que
procede. En la jungla de la biomedicina, cualquier factor común, o principio
general, por imperfecto que sea, indica una vía adelante para la investigación.
Los genes o mutaciones que son comunes en varias situaciones marcan el camino
hacia un proceso clave para la formación de metástasis. Los científicos no
saben aún qué proceso exacto es ese, pero ya tienen una vía de entrada hacia
sus entrañas. La genética funciona así: puedes utilizarla aun cuando no
entiendas el fondo de la cuestión.
Otra ventaja del
análisis genómico es que las mutaciones de los pacientes revelan a menudo el
tipo de fármaco más prometedor contra ellas. Una mutación en un gen implica un
cambio de forma en la proteína que el gen codifica (o significa), y ya
conocemos muchos fármacos que interactúan, estimulan o bloquean esas proteínas
deformadas.
Puede ser un medicamento ya aprobado, o en fase de ensayos
clínicos, o incluso un fármaco que hasta ahora se usaba para otra cosa. En una
muestra de 2.400 pacientes, más de 700 han revelado alguna de esas mutaciones
contra las que existen fármacos o cabe esperar que pronto existan. Esto no
quiere decir que funcionen, pero revela la conveniencia de probarlos, sobre
todo cuando no hay alternativa para el paciente.
Lee el artículo citado
más arriba. Hay implicaciones para la formación continua de los médicos, para
la publicación de los resultados con fármacos de poco interés económico, o más
bien la falta de ella, y para la colaboración entre la comunidad biomédica al
margen de la Big Pharma. Son cuestiones de las que oiremos hablar mucho en el
futuro inmediato.
El pais
26 de Octubre del 2019
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