Los votantes no tienen personalidad. Eso parecen
creer, por lo menos, muchos políticos e investigadores que no ven a las
personas detrás de los votos. Ven lo más evidente: la edad, el sexo, la
intención de voto, el perfil educativo, el nivel económico, la inclinación
ideológica y la opinión sobre algunos temas de actualidad.
http://www.digaloahidigital.com/articulo/la-personalidad-de-los-votantes
Pero se pierden lo decisivo: la personalidad, las
emociones, lo inconsciente. Aspectos todos sobre los cuales la psicología tiene
mucho que decir, por cierto.
Votantes, psicología y política
Carolina Valle me entrevistó sobre estos temas para la
revista argentina Mustique. Me preguntó sobre la personalidad de los votantes y
también me pidió algunos consejos para los electores de nuestro tiempo.
Comparto contigo el diálogo completo con la periodista.
¿Se pueden clasificar los votantes según su personalidad?
La personalidad de los votantes es la gran olvidada de
las campañas políticas. Pero es un factor decisivo. Tan decisivo que si conoces
el perfil psicológico de los electores podrás comunicarte mejor con ellos. Con
lo cual multiplicarás tu capacidad persuasiva y evitarás enormes gastos en
publicidad no segmentada.
Claro que lo complejo es conocer ese perfil psicológico.
La herramienta con la cual yo trabajo para ello es el Big Five, una de las
construcciones teóricas de mayor consenso académico y de mayor utilidad
práctica en múltiples áreas de aplicación.
El Big Five te permite investigar y perfilar al
electorado en 5 grandes rasgos de personalidad que son Openness (apertura
mental), Conscientiousness (escrupulosidad), Extraversion (extraversión),
Agreeableness (amabilidad) y Neuroticism (estabilidad emocional). Es el modelo
conocido como OCEAN.
Si clasificas al electorado en base a estos parámetros
tendrás 5 tipos de votantes con características diferentes en cuanto a sus
motivaciones, sus emociones, sus conductas y sus estilos cognitivos.
¿Cuáles son los 5 tipos de votantes?
Los 5 tipos específicos de votantes que identifico a
partir de mi adaptación del Big Five a la política son los siguientes:
Votante emocional. Es un votante más impulsivo que elige
candidato en función de la conexión emocional que siente con él. Esa conexión
puede vincularse con la personalidad del candidato o con su estilo de
comunicación política.
Votante social. Es un votante participativo, activo
socialmente, que tiende a desarrollar una fuerte identidad partidista y que se
siente a gusto en un contexto de campaña de mucha energía y muchos estímulos.
Por lo general prefiere candidatos llenos de vitalidad y dinamismo.
Votante amable. Es un votante empático, cordial y
tolerante. Huye del maximalismo, de la confrontación y de la comunicación
incendiaria. Prefiere a los candidatos negociadores, tranquilos y moderados. Se
instala más en las zonas grises que en los dilemas blanco versus negro.
Votante metódico. Es un votante que necesita que le
presenten la información política de un modo ordenado y sistemático. Lo suyo
son las estructuras claras para pensar. Sus preferencias van o bien hacia
candidatos intelectualmente rigurosos o bien hacia campañas de comunicación muy
metódicas y reflexivas.
Votante abierto. Es un votante imaginativo con gran
apertura mental hacia lo nuevo. No se conforma con candidatos conocidos,
partidos tradicionales o ideas ya establecidas. Busca la novedad, lo diferente,
lo original. Y necesita estímulos complejos que lo alejen de lo convencional.
Si el votante no está 100 % convencido acerca de un
candidato, ¿es preferible que vote en blanco?
Es muy difícil, si no imposible, estar 100 % convencido
acerca de un candidato. El escritor alemán Günter Grass lo explicaba de un modo
memorable. Decía que no estaba de acuerdo con su cara cuando se veía al espejo
por las mañanas, que tampoco estaba de acuerdo con la mayoría de lo que él
mismo escribía ya que al día siguiente descartaba el 90 %. Y agregaba que ni
siquiera concordaba totalmente con sus amigos cuando conversaba con ellos. Así
concluía que si no podía estar de acuerdo totalmente ni con su cara ni con sus
amigos ni con lo que escribía…entonces era imposible que estuviera 100 %
convencido acerca de un candidato.
De lo que se trata entonces no es de ese quimérico 100 %
de convicción sino de realizar una elección razonable, fundamentada y que al
elector le ofrezca ciertas garantías básicas en los asuntos que le resultan más
importantes.
¿Las encuestas previas afectan la intención de voto?
Por un lado nos influyen en el sentido de que nos
construyen un contexto y un marco interpretativo para pensar y decidir dentro
del mismo. Un marco que establece quiénes son relevantes y quiénes no, quienes
están creciendo y quiénes están bajando. Sería como una “prueba social” acerca
del valor de los candidatos. Y esa prueba social es, como surge de las
investigaciones de Robert Cialdini, uno de los 7 factores fundamentales de la
persuasión.
Y por otro lado nos influyen en otro sentido que puede
reforzar o contrarrestar al anterior. Y es que algunas personas tendrán la
tendencia de ir en contra de la corriente y entonces votar por los que aparecen
más débiles, mientras que otras personas tenderán hacia lo que se llama el
bandwagon, el subirse al carro del vencedor.
¿Cómo ves la política en la Argentina? ¿Qué necesita?
Veo a la política argentina cayendo a menudo en la lógica
del espectáculo. Esa lógica espectacular implica demasiado show mediático,
cierta obsesión por el impacto de corto plazo, algo de descuido en la
construcción de proyectos políticos sólidos y de largo plazo, y hasta ciertos
énfasis cuasi melodramáticos en el lenguaje y la gestualidad, énfasis que subrayan
y casi teatralizan las emociones.
Claro que no es la totalidad de la vida política
argentina, pero es una tendencia bien visible y muy característica. Y claro que
no es un rasgo exclusivo de la política argentina sino que aparece en buena
parte del mundo occidental.
¿Qué necesita la política?
Desde mi punto de vista necesita liberarse de la trampa
de la cultura del espectáculo.
¿Cómo se ve la Argentina desde la mirada internacional?
Debido a mi trabajo como consultor político estoy en
contacto permanente con campañas electorales, empresas consultoras, partidos
políticos y universidades de España y de varios países de América Latina. Y en
todas partes se percibe cierta perplejidad acerca de la Argentina.
La frase que escucho con más frecuencia es “Argentina
siempre está en crisis”. Y nadie puede comprenderlo porque al mismo tiempo se
percibe la enorme riqueza de recursos materiales y humanos del país. ¿Cómo es
posible que con tanto que los argentinos brindan al mundo, sin embargo estén
con tanta frecuencia en situaciones de crisis políticas y económicas?
La mirada internacional es, pues, de creciente
perplejidad.
¿Qué le recomendarías a un votante?
Son tiempos complejos para el votante. Tiempos de mucho
stress y de pocos espacios para la reflexión. Tiempos donde el cerebro está
saturado por un bombardeo sin piedad de información de dudosa calidad. Y
tiempos en los cuales las fake news, la crispación emocional y la manipulación
asoman por doquier. En ese contexto le podría recomendar al elector un mix de 5
puntos:
Liberar por lo menos un pequeño bloque de tiempo cada día
para la desconexión, para colocarse aparte del incesante flujo de información.
Porque los momentos más reflexivos van a ocurrir precisamente en esas pausas de
desconexión.
Leer sobre política en unas pocas fuentes confiables que
cada uno seleccione. Periodismo serio, equilibrado, veraz y que aporte ángulos
diferentes para pensar.
Intentar descubrir en cada candidato a la persona detrás
del personaje. La persona real, su vida, su personalidad, su trayectoria, sus
logros, sus valores.
Alejarse de la política-show, de la política espectáculo,
del rumor, de la banalidad y de la superficialidad.
Conversar de política con personas en las cuales confía.
Conversar, sí. Directamente. Con la persona físicamente presente. Así de “old
school”. Y donde dice “conversar” debe decir tanto hablar como escuchar. O tal
vez escuchar más que hablar.
La personalidad de tus votantes
La entrevista de la revista Mustique finalizó con
consejos para los votantes pero no para los políticos. Pero si eres dirigente
político, candidato o miembro de un equipo de campaña electoral, entonces te
diré que pienses en tus votantes, que los estudies y que intentes comprenderlos
para poder comunicarte mejor con ellos.
Una recomendación, solo una: descubre las emociones y los
tipos de personalidad de los votantes.
Maquiavelo&Freud
Digalo Ahi Digital
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