Un equipo científico ha hallado un método
para transformar la grasa mala en buena para prevenir la obesidad.
No toda la grasa que contiene nuestro organismo es mala para la salud. También
la hay buena o saludable. La buena ayuda a quemar calorías, mientras que
la mala induce al cuerpo a acumular calorías, lo que
contribuye a ganar peso y a fomentar
la obesidad. Pero en una
investigación reciente llevada a cabo con ratones, un equipo científico de la
Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en Saint Louis (Estados
Unidos) ha encontrado un método para convertir la grasa blanca –mala– en
grasa buena marrón. Los resultados del estudio, publicado en la revista Cell
Reports, abren la puerta a la posibilidad de desarrollar
tratamientos más eficaces contra la obesidad y la diabetes en seres humanos.
La grasa blanca se localiza en el vientre, caderas y muslos, donde almacena calorías y produce los odiosos michelines. En cambio, la grasa marrón, que se encuentra en torno al cuello y los hombros, quema calorías mediante un proceso que genera calor. Los investigadores estadounidenses descubrieron que si se bloquea la actividad de una proteína específica en la grasa blanca, esta empezaba a transformarse en grasa beige, un tipo de lípido entre el blanco y el marrón. El bloqueo de la proteína para crear grasa beige provocó que las células de grasa se calentaran y quemaran calorías.
Según Irfan J. Lodhi, profesor de
Medicina en la División de Endocrinología, Metabolismo e Investigación de Lípidos
de la citada universidad y principal autor del estudio, su "objetivo
es encontrar un método para tratar o prevenir la obesidad. Esta
investigación sugiere que, si apuntamos a una proteína contenida en la grasa
blanca, podemos convertir la grasa mala en otra capaz de combatir la
obesidad".
La presencia de grasa beige en humanos
adultos se descubrió en 2015 y
aunque se trata prácticamente de un estado intermedio entre la blanca y la
marrón, Lodhi piensa que funciona más como grasa marrón y que puede proteger
contra la obesidad. Por el momento su equipo ha llevado a cabo una serie
de experimentos con ratones que consistía en crear una cepa genética de
estos roedores que no fabricaban una proteína clave llamada PexRAP en las
células blancas de grasa. Con eso lograron que los ratones tuvieran más
grasa beige y que fueran más delgados que sus compañeros de camada, incluso
aunque comieran la misma cantidad de alimentos que otros ratones. También
quemaban más calorías.
Según Lodhi, "los ratones
normalmente tienen niveles muy bajos de la proteína PexRAP en la grasa marrón.
Cuando los situábamos en un ambiente frío, los niveles de esta proteína también
se reducían en la grasa blanca, lo que hacía que la grasa se comportara más
como grasa marrón. El frío inducía a las grasas marrón y beige a quemar la
energía almacenada y producir calor".
Cuando los investigadores bloquearon la
proteína PexRAP en los animales, estos convirtieron la grasa blanca en beige
capaz de quemar calorías. Lodhi cree que, si la proteína PexRAP pudiera
bloquearse de forma segura en las células blancas de grasa en los seres
humanos, sería posible perder peso más fácilmente.
El reto será encontrar un método fiable
y seguro para lograr eso sin que el individuo a tratar aumente de temperatura y
sufra fiebre. Los diseñadores de fármacos tienen trabajo por delante. Más del
60 % de los adultos en Estados Unidos tienen sobrepeso u obesidad y unos 30
millones de personas padecen diabetes. Si este estudio prospera y las terapias
desarrolladas a partir de él pudieran ayudar a convertir la grasa mala en grasa
buena, esas cifras podrían reducirse.
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