Todos los venezolanos
esperaban y sabían que para el primero de mayo del 2017 o antes, venían
anuncios importantes en materia salarial, esto llevó a que los días viernes
y sábado, muchos comercios,
especialmente de alimentos, iniciaran un ajuste de precios, por ejemplo, un
cartón de huevos que costaba 8 mil 700 bolívares el viernes, amaneció el sábado
en 10 mil bolívares en la ciudad de Mérida, lo que representa un aumento del 15
por ciento de un día para otro, si se proyectara esa tasa de inflación diaria,
el resultado sería astronómico, de manera que las expectativas se anticipan ya
a los anuncios de incremento salarial.
“En Venezuela, la
población ya tiene miedo cuando el Presidente de la República habla, porque
anticipan un acelerón inflacionario. Hay reglas de formación de precio que
permiten predecir el comportamiento del mercado. En Mérida, una ciudad
estudiantil, ya se sabe que un aumento de salarios significa un aumento de
arriendo y en ciertos sectores de la ciudad el arriendo mensual de una habitación
por estudiante está por el orden de un salario mínimo y en otros más modestos
es medio salario mínimo. Los almuerzos cuestan el valor de la cestaticket dividido entre veinte, por lo que los
estudiantes que tienen acceso al comedor universitario amortiguan al menos una
comida que no encuentran en su hogar, pero el costo del arriendo y la
alimentación han provocado también un aumento en la deserción, de estudiantes y
de profesores”, señaló Douglas Ramírez, jefe de la Cátedra de Macroeconomía y
profesor agregado del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la
Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de los Andes
Resaltó además el
profesor Ramírez que internacionalmente se considera que un país está en la
línea de pobreza si su ingreso diario es menor a 2 dólares. Por lo que cabe la
siguiente pregunta: ¿Cuánto es el salario mínimo de Venezuela en términos
internacionales? Si se divide el nuevo salario mínimo de 65 mil bolívares al
costo del dólar que se consigue en el mercado y que es conocido como el
innombrable, el venezolano tiene menos de medio dólar al día. Ahora bien si se
divide también el monto de la cestaticket que es el equivalente a 135 mil bolívares
por el costo del dólar mercado, tiene algo más de un dólar diario. Al
sumar ambos montos para considerar el “salario integral”, no se llega a dos
dólares diarios, lo que representa un aumento del 34 por ciento con respecto al
sueldo anterior, pero sin contar que sólo el 32 por ciento de este genera
derechos sobre prestaciones y el resto, el 68 por ciento, no genera ningún
beneficio laboral a largo plazo.
“La conclusión es que
esto es un fraude para el trabajador, ya que la inflación esperada de este año
será muy superior a la del año 2016, es un fraude porque le cercena
derechos laborales, al mermar sus prestaciones y su jubilación. Lo único
positivo que tuvo este anuncio es que le permite cobrar la cestaticket en
efectivo y esto permite algo de libertad para elegir dónde comprar”, dijo
finalmente el profesor Ramírez. Golfredo Lobo / Prensa ULA / CNP 14.293
Foto
Douglas Ramírez, jefe de la Cátedra de
Macroeconomía de Faces (Foto Golfredo Lobo)
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