Chiapas, paradigma de la pobreza
La región más indígena de
México sigue anclada en la inequidad
Un día después de pisar el municipio de Ecatepec,
paradigma de la pobreza urbana adosado a la Ciudad de México, el papa Francisco
pisó el persistente paradigma de la pobreza rural, Chiapas. Transcurridos 22
años del levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, este Estado sigue encarnando la inequidad en México, con un 76,2% de
sus habitantes en la pobreza, entre los que se cuentan 1,6 millones (sobre una
población de 4,7 millones) en pobreza extrema según datos oficiales, cifra que
se aproxima al porcentaje de población indígena de Chiapas, un 27% de los
chiapanecos.
La pertinencia del enfoque de justicia social y
reivindicación de los pueblos originarios impulsado por el fallecido Samuel Ruiz a lo largo de
sus 35 años de obispado (1960-1995) no ha perdido vigencia, pero la política
gubernamental en Chiapas ha caminado por la vía inversa. El Estado que ha
visitado Jorge Mario Bergoglio está en manos del Partido Verde, cuarta fuerza
en el Congreso mexicano, una formación pseudoecologista que surgió al calor de
los poderes tradicionales y tan desprestigida que la semana pasada un grupo de
intelectuales mexicanos hizo público un documento pidiendo su “desaparición”. “El Partido
Verde no representa una visión ambiental y por el contrario es cómplice de
profundos daños ecológicos, sociales, éticos, electorales y económicos que la
nación mexicana no se merece”, expresaba el manifiesto.
El gobernador de Chiapas, el criollo Manuel
Velasco, cuyo abuelo también fue gobernador, es un joven político conservador
al que se le han achacado reiteradamente sus dispendios millonarios en
autopromoción. Mientras tanto, los zapatistas que en los años noventa atrajeron
la atención del mundo entero, han perdido presencia y se limitan a desarrollar
sus proyectos de autonomía en comunidades indígenas rurales. La deuda heredada
en 2012 por la actual administración ascendía a más de 2.100 millones de
dólares.
“Llevamos dos décadas de política combinada de asistencialismo a las
comunidades indígenas con un enfoque de contrainsurgencia que tiene acotados a
los zapatistas en sus territorios”, explica el antropólogo Gaspar Morquecho,
que destaca también que los bajos índices de producción de maíz y frijol en el
campo han dado lugar a un crecimiento relevante de “anarcocultivos” de amapola
y marihuana que vienen a compensar el estancamiento agrícola.
En el aspecto religioso, sólo un 58% de los chiapanecos se declara
católico, muy por debajo del 83% de la media nacional (dato oficial de 2010 que
un estudio de la Universidad de Georgetown de 2014 baja hasta el 69%). La
realidad religiosa de Chiapas se parece más a la de países de Centroamérica
como Guatemala, El Salvador u Honduras en los que las iglesias evangélicas han
ido devorándole terreno a la Iglesia católica. La pluralidad de cultos de esta
región llega a tal punto que incluso se ha desarrollado una peculiar comunidad
autóctona musulmana. Uno de los propósitos de la visita papal es insuflar ánimo
a la Iglesia para tratar de recuperar terreno. En 2014 el obispo de San
Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi, le explicó en el Vaticano a Francisco
la necesidad de adaptarse más a la realidad étnica de Chiapas, de promover la
ordenación de diáconos indígenas e integrar las lenguas locales a la liturgia
para conectar con los tzeltales (medio millón), tzotziles (350.000), choles
(150.000), tojolabales (55.000) y zoques (25.000) que habitan la diócesis.
El Papa pide perdón a los
indígenas por el maltrato a sus tierras y su cultura
Francisco pronunció en
Chiapas un duro alegato contra “el dolor, el maltrato y la inequidad”
Mujeres indígenas escuchan la misa del papa Francisco. Ulises Ruiz Basurto EFE
Lo que el Gobierno mexicano más temía se ha
producido: el papa Francisco, cuyo liderazgo mundial trasciende al religioso, se plantó este lunes
en la selva de Chiapas y pronunció un duro alegato contra “el dolor, el
maltrato y la inequidad” sufrida por los pueblos indígenas, que en México suman
11 millones de personas de un total de 50 en toda América Latina. Jorge Mario
Bergoglio pidió perdón a los indígenas y animó a que los gobernantes también lo
hagan por “excluirlos, menospreciarlos y expulsarlos de sus tierras”.
El viaje del papa Francisco por los problemas
nuevos y viejos de México sube cada día de decibelios. Ya su presencia en el
Estado de Chiapas, donde un tercio de sus cuatro millones de habitantes sufre pobreza extrema y altos índices de analfabetismo, sitúa al Gobierno frente una de las grandes asignaturas pendientes del
país: la prácticamente inexistente integración de los indígenas en la vida
cultural, social y política del país. Además, Bergoglio lo hizo sin medias
tintas, incluyendo también al Vaticano y a la jerarquía mexicana de la Iglesia
católica entre quienes se han equivocado en su relación con Chiapas y sus
moradores. La visita a la tumba del obispo indigenista Samuel Ruiz (1924-2011), cercano a la teología de la liberación y a quien el Gobierno y el
Vaticano hicieron la vida imposible, se convirtió en la constatación más
gráfica de un cambio de ruta. El otro gesto fue autorizar de nuevo la ordenación
de diáconos permanentes indígenas y la utilización en la liturgia de sus
idiomas, algo que ya hacía el obispo Ruiz y por lo que recibió fuertes críticas
de la Iglesia oficial.
Los pueblos indígenas han sido
incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos han considerado inferiores
sus valores, su cultura y sus tradiciones
Pero el momento clave de la presencia del Papa en Chiapas se produjo en
San Cristóbal de las Casas, durante la misa celebrada en español y en las
lenguas indígenas. Después de reconocer como legítimo el anhelo de los pueblos
indígenas de vivir en libertad –“en una tierra prometida donde la opresión, el
maltrato y la degradación no sean la moneda corriente”--, el Papa pronunció un
alegato que, por su relevancia. merece la pena reproducir en su integridad.
“Muchas veces, de modo sistemático y estructural, los pueblos indígenas han
sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos han considerado
inferiores sus valores, su cultura y sus tradiciones. Otros, mareados por el
poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o
han realizado acciones que las contaminaban. ¡Qué tristeza! Qué bien nos haría
a todos hacer un examen de conciencia y aprender a decir: ¡perdón! El mundo de
hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesita”.
Bergoglio ligó la protección de los inmigrantes con
el cuidado a la naturaleza,tema central de su encíclica Laudato sì. Dijo que “el mundo de hoy” tiene mucho que aprender de la relación
“armónica” de los indígenas con la naturaleza y animó de nuevo a los
gobernantes a tomar ejemplo de una cultura que aún educa a sus jóvenes “con la
sabiduría de sus ancianos”. Tras las palabras de Bergoglio, el obispo de San
Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi leyó un emotivo mensaje suscrito por
las comunidades indígenas: “Aunque muchas personas nos desprecian, tú has
querido visitarnos y nos has tomado en cuenta. Llévanos en tu corazón con
nuestra cultura, con las injusticias que sufrimos, con el dolor de nuestros
enfermos. Gracias por haber aprobado el uso en la liturgia de nuestros idiomas.
Queremos hablarle a Dios en nuestra lengua”.
LAS PALABRAS NO BASTAN
Yatzil dice que se ha emocionado con las palabras del Papa, pero teme
que todo se quedé ahí, en las palabras y en la emoción. “Aquí en San
Cristóbal”, explica en voz baja entre la multitud que asiste a la misa,
“estamos acostumbrados a las promesas que no se cumple. Y el Papa puede hablar,
pero ¿quién le va a hacer caso cuando regrese en el avión a Roma”. Es un
sentimiento parecido al que algunos fieles expresaban el domingo en Ecatepec.
La invisibilidad volverá a apoderarse de los más débiles. En este sentido se
pronunció un centenar de representantes de pueblos indígenas y campesinos de 15
países de América Latina: “Las palabras no bastan”
Por qué es importante que el Papa haya hablado en una lengua indígena
En México, más de 7 millones de personas hablan alguna
lengua indígena
Por lo menos 179 variaciones están en riesgo de desaparecer
Durante
su visita a Chiapas, el papa Francisco dio una misa
en San Cristóbal de las Casas y
parte de la ceremonia fue ofrecida en chol, tzotzil and tzeltal, tres de las
lenguas más habladas por las comunidades indígenas del estado. No sólo fue la
primera misa de un Papa en la que se habla una lengua indígena mexicana,
Francisco es también el primer Papa en comenzar una homilía en tzotzil.
Li
smantal Kajvaltike toj lek, significa “La ley del señor es perfecta del todo y
reconforta el alma”.
Fue
sólo una frase, el resto lo dijo en español, pero este gesto podría tener mucha
importancia para los hablantes de lenguas indígenas en México, asegura Patrick Johansson,
investigador y profesor de
literaturas prehispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. “En
México los indígenas son muy religiosos, sobre todo con de la Virgen de Guadalupe”, explica. “El
hecho de que el Pontífice permita que se haga la misa y el culto en lenguas
indígenas va a propiciar que las lenguas indígenas se conserven”.
Aquí explicamos otras razones por las que
la que esta misa plurilingüe no debería pasar desapercibida.
1. De ahora en adelante, el Vaticano permitirá
ceremonias religiosas en lenguas indígenas. Durante su visita a
Chiapas, Francisco también presentó un decreto que autoriza esta práctica en
México. No es una iniciativa nueva, explica Johansson. “En el siglo XVI, los
frailes aprendieron estas lenguas y tradujeron el evangelio a varias lenguas,
pero en el siglo XVII, por cambios en la política, se prohibió porque la
iglesia creía que el mensaje del evangelio se desvirtuaba.”
Johanson no concuerda con esto y añade: “El
mensaje toma la forma de la lengua y se asimila de una forma más efectiva.”
2.
México es el segundo país con mayor diversidad de lenguaje en el continente
americano, seguido de Estados Unidos, según datos del instituto
Ethnologue,
que se dedica al estudio de lenguas y dialectos a nivel mundial desde 1951.
3.
Hay más de 7 millones de personas que
hablan alguna lengua indígena en México,
según datos del
Inegi.
El instituto de estadística registra 72 lenguas. De estos existen 364
variantes, según datos del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali).
4.
Podría contribuir a que algunas lenguas no desaparezcan. Por lo menos 179 de
estas variaciones están en riesgo de morir. Según datos del Inali, 64 están
en alto riesgo,
43 en riesgo mediano y 72 en riesgo no inmediato. Hay varias razones por las
que esto sucede, asegura Thu’bini Mästoho, profesor de las lenguas hñähñu
(conocido como otomí) y tu’un savi (conocido como mixteco) en una entrevista
telefónica. “Los institutos a cargo de su preservación sólo generan proyectos
visibles y rápidos, no van al fondo de las cosas, estudian la problemática de
estas comunidades”.
Hasta
el 2015, solo 10 lenguas tienen una norma de
escritura oficial: el maya yucateco,
ñahñú u otomí, mam, tojolabal, tsotsil, tseltal, zoque, mochó, chol y
cachiquel, según datos del Inali. El problema de estandarizar la lengua, dice
Mästoho es discriminar a la gente que habla en alguna variación. “Sería una
imposición como la que surgió durante la colonización: obligar a alguien a
hablar de una forma porque yo lo digo. No lo deben decidir unos cuántos, debe
haber un consenso”.
Johansson tampoco cree en esta imposición,
pero advierte que es necesario encontrar una lengua base. “Necesitamos una
lengua franca, como lo hicieron los judíos en Israel o los griegos en la cuenca
mediterránea”, explica. “Hay que respetar las variaciones pero hay que tratar
de establecer una lengua que todos entiendan”.
5.
También podría incentivar nuevas estrategias de alfabetización. Por lo menos 27% de
las personas que hablan algún idioma indígena son analfabetas,según datos de Inegi. Mästoho asegura que
son muchos más. “Diría que un 90% sigue siendo analfabeta. Uno de los primeros
pasos para preservar las lenguas es alfabetizar a todas las personas en su
lengua. El gobierno no va a lograr esto mágicamente, haciendo letreros y
señales en sus lenguas”.
6.
Celebra el uso de lenguas en un mundo globalizado. Johansson asegura
que el mensaje del Papa va en contra de la idea de utilizar los idiomas sólo
para comunicar. "La lengua de un pueblo es su alma, es una forma de
sentirse en casa", comenta. El académico agrega que en algunas comunidades
indígenas han abandonado su lengua por un idioma global: el inglés. "Ellos
dicen 'nos van a menospreciar si hablamos nuestra lengua, mejor hay que
aprender inglés para encontrar trabajo'".
Por esa razón, muchos jóvenes ya no quieren
aprender estas lenguas, dice Mästoho. “Creen que no es útil para la modernidad
porque son lenguas reprimidas, pero no es cierto. “Hay que transmitirles que la
lengua crea un sentido de identidad y arraigo, es la base de una cultura”
7.
La discriminación hacia la gente que habla una lengua indígena persiste en
México. Durante la misa en
Chiapas, el Papa pidió perdón por la
exclusión de la Iglesia a las comunidades indígenas. No es la única
culpable. Según la encuesta más reciente sobre discriminación en México, 44% de los mexicanos cree que
no se respetan los derechos de los indígenas, incluso menos que los derechos de
las mujeres y personas homosexuales. La secretaria de Desarrollo Rural y
Equidad para las Comunidades de la Ciudad de México, Rosa Icela Rodríguez, dijo a principios
de febrero que la discriminación sigue siendo el problema principal que
enfrenta la población indígena en México.
8.
Preservar las lenguas no es tarea de unos cuantos. Mästoho asegura que
aún no vislumbra una estrategia para evitar la desaparición de las lenguas.
“Todos tenemos que contribuir a encontrar una manera, hacerlo a prueba y error,
incluso los que no hablan una lengua originaria”. Informarse sobre la diversidad
de lenguas en México es un primer paso. “Hay que borrar la idea que sólo hay
aztecas, olmecas, mayas, eso que nos enseñaron en la escuela”, comenta. “Muchos
dicen que apoyan las lenguas y están a favor de conservarlas pero luego nadie
hace nada”.
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